La inhalación de monóxido de carbono es uno de los graves riesgos que tiene el invierno. Esto puede suceder sin que las personas lo perciban ya que al estar en lugares cerrados, sin ventilación, se puede respirar este gas que puede ocasionar desde síntomas leves a graves, o incluso la muerte.
Debemos recordemos que el monóxido de carbono es extremadamente tóxico, tanto para personas como animales. Cuando el CO ingresa al organismo a través de los pulmones y pasa a la sangre, ocupando el lugar del oxígeno. De esta manera, reduce la capacidad de la sangre para transportar oxígeno y hace que las células no puedan utilizar el oxígeno que les llega.
Paso a paso: cómo evitar la intoxicación con monóxido de carbono
La falta de oxígeno afecta principalmente al cerebro y al corazón. El mayor riesgo radica en que no tiene olor, color ni sabor y tampoco irrita los ojos o nariz, de allí su peligrosidad al no ser detectado a tiempo. No obstante, todas las intoxicaciones por monóxido de carbono pueden evitarse.
Al respecto, los profesionales de salud indican que es fundamental mantener los ambientes ventilados más allá del uso de elementos de calefacción. Según el registro del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA, los índices indican que en los últimos años han sufrido un marcado ascenso de intoxicaciones.
En Entre Ríos se reportaron 17 casos de pacientes intoxicados en lo que va del año, mientras que en 2023 fueron 30 casos, 25 en 2022 y 21 en 2021.
Otro dato fundamental e importante para que la población tenga en cuenta es que pueda consultar de manera urgente al sistema de salud -hospitales y centros de atención primaria- teniendo en cuenta que las intoxicaciones por monóxido de carbono suelen confundirse con intoxicaciones alimentarias, gripes o accidentes cerebrovasculares.
Asimismo, se recuerda que los síntomas en niños pequeños, puede simular un cuadro meníngeo producto de la irritabilidad, llanto continuo y rechazo del alimento.
La inoxicación de monóxido se produce por la combustión incompleta de materiales como gas, madera, carbón o kerosene, y puede acumularse rápidamente en ambientes sin ventilación adecuada.
Acciones de prevención
-Esta amenaza silenciosa y sin rastros puede prevenirse con medidas sencillas pero efectivas.
-Los sistemas de calefacción, hogares y chimeneas deben estar instalados por profesionales y ser revisados de manera periódica.
-Evitar el uso de braseros en el interior de la vivienda es fundamental, así como también ventilar los espacios.
-Ante cualquier síntoma de intoxicación (dolor de cabeza, náuseas, mareos), se debe ventilar de manera inmediata y buscar asistencia médica. La pronta atención puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en estos casos.
-No usar el horno u hornallas de la cocina para calefaccionar el ambiente.
-No mantener recipientes con agua sobre la estufa, cocina u otra fuente de calor.
-El calefón no debe estar en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados.
-No encender motores a combustión (grupos electrógenos, motosierras, etc.) en ambientes cerrados, en sótanos o garajes.
-La llama de hornallas o estufas siempre debe ser de color azul: ni anaranjada ni amarilla. En este caso, es necesario apagar y llamar a un técnico matriculado.
-Los artefactos, sus conductos de evacuación o alrededores no deben presentar manchas de hollín, tiznado o decoloración.
-Siempre se debe cuidar que el aire circule por los ambientes. Un pequeño espacio abierto en puertas o ventanas es suficiente.