A tres años de la cuarentena: el recuerdo de los formoseños que sufrieron las duras medidas para ingresar a su provincia

Varios no pudieron llegar a tiempo para despedirse de sus familiares, otros fueron obligados a permanecer en un centro de aislamiento y algunos cruzaron el río nadando para ingresar a Formosa. Desde Vía País hablamos con algunos de los afectados y recordaron el mal momento que vivieron.

A tres años de la cuarentena: el recuerdo de los formoseños que sufrieron las duras medidas para ingresar a su provincia
Formoseños protestaban en la ruta para poder ingresar a la provincia durante la cuarentena.

Tres años atrás comenzó una nueva ‘normalidad’ en la sociedad: la cuarentena por coronavirus, algo completamente desconocido que se convirtió en un calvario para muchos. Varias personas no pudieron regresar a sus casas por el protocolo que estableció el Gobierno, como fue el caso de los varados en Formosa, un hecho que parece haber quedado en el olvido, pero que para ellos permanecerá en sus memorias por siempre.

“A partir de la 00 hora de mañana (20 de marzo de 2020) deberán someterse al aislamiento social, preventivo y obligatorio. Nadie puede moverse de su residencia, todos tienen que quedarse en sus casas. Es hora de que comprendamos que estamos cuidando la salud de los argentinos”, comunicó Alberto Fernández hace tres años.

Desde el día que el presidente ordenó la cuarentena, cada persona que se encontraba fuera de su provincia tuvo la intención de volver rápidamente para estar en su hogar junto a sus seres queridos, pero circular por las rutas en 2020 no era tan sencillo.

Los argentinos quedaron golpeados por lo que se vivió durante el 2020, ya que muchos se desestabilizaron emocionalmente al no poder estar en sus respectivos lugares con sus familiares, quedarse sin trabajo o no tener la posibilidad de despedirse de sus seres queridos que fallecieron ese año.

La sociedad no tuvo opción más que aceptar las medidas que impuso el Gobierno Nacional con recomendaciones del Ministerio de Salud, pero los ciudadanos de Formosa aseguraron que en la provincia vivieron situaciones “extremas” e “inhumanas”. Desde VíaPaís nos comunicamos con algunos de los afectados para conocer sus vivencias.

Formoseños varados en el Puente Libertad: un grupo de hombres tuvo que cruzar el río nadando

Durante los primeros meses de cuarentena, Formosa era una de las pocas provincias que no presentaba ningún caso de Covid-19, hasta que en junio se confirmó que una médica dio positivo y Gildo Insfrán, el gobernador, tomó medidas que, para la sociedad, fueron “dictatoriales”.

El Puente Libertad, que atraviesa el Río Bermejo y conecta Formosa y Chaco, fue el escenario en el que miles de personas quedaron varadas durante meses. La imposibilidad del regreso provocó que muchos tuvieran que dormir en la ruta o quedar a la intemperie en otras provincias por falta de recursos.

Así tenían que vivir los formoseños que quedaron varados en la ruta y no podían ingresar a la provincia en 2020.
Así tenían que vivir los formoseños que quedaron varados en la ruta y no podían ingresar a la provincia en 2020.

Orlando Vega, un formoseño de 32 años, contó a Vía País que vivía en Buenos Aires, pero cuando se decretó la cuarentena se quedó sin trabajo y decidió regresar a Pirané, su lugar de origen. Él nunca imaginó que iba a terminar cruzando el río nadando para poner un pie en su provincia.

“Cuando llegué éramos nueve personas varadas, estuvimos 25 días”, comenzó su relato el hombre. Cada vez se fue sumando más gente y después de tres semanas, había un total de 30 ciudadanos que se tenían que turnar para dormir en colchones inflables o en el piso con colchas al costado de la ruta.

Algunos días podían comer, otros no y tenían que tomar agua del río. “A veces, la gente del Chaco nos daba alimentos, nos traía mercadería y cocinábamos en un disco a leña, pero la policía de Formosa no nos daba ningún tipo de sustento, nos denigraban”, expresó el formoseño.

Nadie me daba una respuesta, no me decían nada. Todos los que estábamos ahí pedimos el permiso por la página, pero nadie te llamaba. Solo ingresaban personas que tenían contacto político”, enunció Vega.

Así dormían los formoseños que quedaron varados en la ruta y no podían ingresar a la provincia en 2020.
Así dormían los formoseños que quedaron varados en la ruta y no podían ingresar a la provincia en 2020.

Después de 25 días, Orlando no aguantó más y tomó la decisión de cruzar nadando el Bermejo junto a tres compañeros. Pese a que dos días antes un joven intentó hacer lo mismo y terminó ahogado, los formoseños lo hicieron. “Sentí mucho miedo, pero ante la falta de respuesta del gobierno no tenía otra opción”, confesó el hombre.

Cuando llegaron a Formosa, caminaron por un monte y llamaron a los efectivos provinciales para que les hicieran el hisopado y cumplir con la cuarentena, pero la respuesta no fue lo que esperaban.

“Nos llevaron presos por 15 días, estuvimos incomunicados. No nos dieron de comer, nada”, recordó y agregó: “Lo que pasamos nosotros fue una condición inhumana. Eso no se olvida nunca, pueden pasar 10 o 15 años y uno siempre se va a acordar”.

Con respecto a las medidas del gobierno, Orlando consideró: “Hicieron todas las cosas mal, porque tenían lugar para hacer la cuarentena y nos dejaron ahí. Les importó más la política”.

El dolor de no poder despedirse de un ser querido por no llegar a tiempo

La pandemia cambió completamente el estilo de vida de toda la humanidad. Desde que apareció el virus, las personas que fallecieron en el 2020 no tuvieron velorio, por lo que varias familias no pudieron despedirse de ese ser querido.

Cristina Gómez es de las personas que, hasta el día de hoy, no puede dejar de sentir dolor al recordar que no pudo ver a su papá y su novio por última vez. Ella es una enfermera de Pirané, pero quedó varada en la localidad cordobesa de Jesús María durante siete meses.

El padre de la mujer estaba internado muy grave con neumonía y respirador en el Hospital de la localidad formoseña, por lo que Cristina quería viajar para estar con él. “Yo tenía pasaje, pero suspendieron todo”, recordó a este medio.

Mientras estaba cumpliendo con la cuarentena en Córdoba, falleció su novio. Él tenía hipertensión y obesidad. “No aguantó, no le dejaban abrir su negocio y no podía pagar las cuentas. Tuvo un infarto”, declaró Cristina. Pasaron tres años, pero la formoseña no puede ir a la casa de su pareja porque le genera mucho dolor y contó que nunca pudo despedirse.

Formoseños protestaban en la ruta para poder ingresar a la provincia durante la cuarentena.
Formoseños protestaban en la ruta para poder ingresar a la provincia durante la cuarentena.

En septiembre, el padre de Gómez quedó internado en Formosa capital y, según el relato de la mujer, ahí comenzó su calvario. “No sabía con quién hablar, a quien pedir que me dejaran entrar. Hablé con amigos, gendarme, policía, político, pero nadie me podía ayudar”, manifestó.

Así fue que, en octubre, Cristina hizo un video en el que contaba su situación y publicó en Facebook. “Lo vio una periodista que me contactó con Gabriela Neme -actual diputada provincial por Juntos por del Cambio-, la llamé y me contactó con el ministro de Salud”, enunció.

La enfermera se hizo el hisopado con su hijo para poder viajar a la provincia, les dio negativo y consiguió el permiso. En este contexto, unos amigos la llevaron hasta Formosa, pero en Santa Fe la retuvieron cuatro horas porque le faltaba el permiso nacional.

Finalmente, logró solucionar el inconveniente y la dejaron seguir con su viaje. Cuando llegó a su provincia, la aislaron en un hotel y le realizaron el hisopado para poder dejarla ir a la clínica y ver a su padre, pero el resultado nunca estuvo.

Entre lágrimas, la mujer recordó: “El 1° de noviembre mi hermana me avisó que mi papá falleció. Grité, lloré, vinieron enfermeros y me quisieron poner calmantes, pero no quise. Recién ese día a la noche me llamaron para avisarme que mi hisopado dio negativo y que podía ir a despedirme de mi padre”.

Cristina no quiso que la lleven al centro médico porque su papá ya estaba muerto. “Yo quería ir cuando estaba vivo. Lo del hisopado era una excusa porque los de la clínica no querían que vaya porque estuve en Córdoba, la zona roja”, explicó la mujer, y concluyó: “Yo no pude ir cuando mi papá estuvo internado, a su velorio ni a su entierro”.

Los centros de aislamiento en Formosa, ¿un lugar de prevención o una cárcel?

Algunas familias fueron obligadas a hacer la cuarentena en un centro de aislamiento con desconocidos. La docente Silvana Quevedo recordó cómo fue estar aislada en una escuela y no poder ni siquiera salir al patio.

Quevedo permaneció encerrada durante 25 días junto a su esposo y sus hijos. “Nosotros cumplimos con lo que pedía el Gobierno, estuvimos los 14 días”, dijo ella. Cuando estaban por regresar a su casa, una chica dio positivo y les prohibieron la salida, por lo que debían permanecer allí un tiempo más.

Un día, la cabeza de Silvana hizo click cuando vio que su hijo “iba a buscar la comida como un preso”. “Estábamos custodiados todo el tiempo. Dije ‘esto no da para más’ porque mis nenes no comían, tenían depresión y miedo a todo”, relató.

Formoseños encerrados en un centro de aislamiento.
Formoseños encerrados en un centro de aislamiento.

Finalmente, la docente se comunicó con la diputada Neme para que la ayudara a salir del centro de aislamiento. “Fue terrible, un momento feo. No podíamos bajar al patio porque era la zona limpia de los policías”, manifestó.

Según el relato de la mujer, los ciudadanos se callan “por miedo a perder el trabajo”. Cuando ella terminó el aislamiento, tuvo que pedir ayuda psicológica porque vivió “cosas muy feas”, tanto ella como sus hijos.

Para los formoseños, la cuarentena fue un momento de mucho sufrimiento y dolor por las medidas que tuvieron que padecer en la provincia. Después de tres años, Silvana considera que la política “sigue igual”, pero no pierde la esperanza de que este año electoral la sociedad pueda alzar su voz.