La feria de la calle Don Bosco fue suspendida al inicio de la pandemia, luego de meses los feriantes no solo reanudaron la actividad, sino que también se mudaron al Estadio Municipal, a modo evaluativo para que se puedan realizar controles y protocolos. Es por eso que el fin de semana la Avenida Alvar estaba colmada de gente.
El clima aportó gran ayuda, para los feriantes significó una buena concurrencia y posibilidades de venta, para la familia se transformó en un paseo de compras.
El Municipio informó de un total de 202 puestos. Los protocolos también se hicieron presentes debido a que el horario de ingreso de los feriantes eran de 12 del mediodía hasta las 13. El ingreso del público fue desde las 13 a 17 horas, con un máximo de 60 personas. Mientras que los veedores fueron 5 supervisando la feria y dos en el ingreso y egreso del lugar.
Se realizó en un espacio con perímetro cerrado para controlar el ingreso de las personas. Contó con restricciones como por ejemplo la prohibición del ingreso de menores de 7 años, y la recomendación de no asistir con niños superiores a esa edad. También el protocolo recomendaba que solo asista una persona del grupo familiar.
Por otra parte las compras debían ser ágiles, con el objetivo de no demorar a los puesteros ni a la gente que se encontraba haciendo fila afuera. Los puestos contaban con dos personas, una se encargaba del despacho de productos y la otra del cobro. Ambas utilizando cubre bocas.