Al recibirse de docente, Julián Kronn Díaz asumió el desafío de darle voz a los adolescentes. “Utilizo la literatura como una excusa. Lo realmente importante es que ellos se expresen”, destaca el docente de 28 años, que da clases de Lengua y Literatura en la Escuela Media Secundaria N° 171 Los Querandíes de Isidro Casanova, una ciudad en el partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires.
A través de la lectura y la escritura, Julián busca que sus alumnos crean en ellos mismos. Su historia personal lo llevó a elegir su profesión. A sus 13 años, una profesora de Lengua y Literatura le bajó puntos del trimestre por una dificultad y lo sentenció con la frase: “No vas a llegar a ningún lado”. Julián sostiene que esta experiencia le abrió dos caminos: creerle y renunciar a sus sueños o demostrarle que todas personas pueden superarse. Él se animó a ir por el segundo.
“El trabajo del profe Julián impacta mucho en la vida de los alumnos porque estimula y promueve que los estudiantes desarrollen su propia voz”, destaca Jésica Gómez, directora de la escuela Los Querandíes, “En eso que él permite expresar, nos ayuda a nosotros a estar un poco más alerta y acompañarlos para que puedan transitar sus historias de vida lo mejor posible”, agrega.
Pasar de ser lectores, a ser escritores
“Hace bastante vengo trabajando el proyecto Antologías, pero de forma artesanal, hasta que un día decidí subirlo de nivel y publicar un libro porque al hacerlo eternizás la palabra de los jóvenes”, cuenta Julián, uno de los seis finalistas del Premio Docentes que Inspiran en el que fue reconocido por implementar prácticas inclusivas y de respeto hacia la diversidad, por motivar a sus alumnos a superarse cada día y por lograr que produzcan obras creativas y originales.
El docente cuenta que el nombre Antologías surgió por la propia definición del término: una recopilación de diversos textos en un solo libro, además se trata de un proyecto interdisciplinario junto con las docentes de Inglés y Educación Artística. La producción del libro se complementa con un desfile literario, que trata de “transformar la palabra en atuendos originales”.
En medio de la pandemia, el año pasado, Julián impulsó a sus estudiantes a escribir sus propias experiencias. Así fue que, como parte de la iniciativa Antologías, crearon el libro Resplandor de una mente en pandemia, que fue publicado por una editorial de la Ciudad de Buenos Aires. “Me sirvió mucho para desahogarme y para poder expresar lo que sentía. Y eso me hizo bien”, cuenta Celeste Chambe, una de sus alumnas.
“Para mí ser docente es crear espacios seguros, de comunicación y aprendizaje, donde es tan importante decir como escuchar”, sostiene Julián. “Me gusta potenciarlos, brindarles herramientas para que puedan enfrentar el presente y el mañana”, concluye.
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