La dureza con la que la economía argentina viene aguantando la escalada del dólar y los altos índices de inflación vuelve a dejar en el centro de la incógnita qué es lo que puede pasar con los ahorros de los argentinos en los próximos meses de incertidumbre.
Es por eso, que ante las dudas de dónde refugiar sus ahorros, aparece una vieja costumbre argentina, pero que viene creciendo en el último tiempo: la compra de terrenos. Para quienes acceden a tener un sobrante después de tantos años de trabajo o para el que obtiene una moneda de más, esta es una de las opciones que viene creciendo.
En diálogo con Vía País, Eduardo Reñé, Presidente de Reñé Arquitectura, dio detalles de lo que empiezan a significar los terrenos en el ahorro de los argentinos, donde muchos ven estos lugares como potenciales inversiones que pueden desarrollar una ganancia en un futuro como quienes buscan escapar de la Ciudad para irse a una zona en busca de tranquilidad.
“Mayoritariamente, la gente compra con el criterio de construirse su casa y venirse a vivir. Sin embargo, también hay un grupo importante de gente que lo ve como una inversión. Es decir, comprar un barrio en pozo y aspirar al crecimiento de la zona, como es el caso de Canning donde es fácil intuir que los precios han aumentado”, señaló Reñé.
Sin embargo, aclaró: “La situación económica del país no puede generar ningún efecto benéfico a ningún sector. Por supuesto que esta situación de inestabilidad lleva a que haya gente que se refugie en el ladrillo y en la tierra, más si decimos que el lote en barrio privado es el que más se valoriza, debido a la incertidumbre y donde van a tener seguros”.
“Esto potencia en una mirada del público que observa esta situación que tienen los countrys y se traducen en más ventas. Ahora estamos en el medio de la tormenta, vamos a empezar a ver como se compra el público de acá a futuro, en una situación que la compra de este tipo de activos es un resguardo muy interesante”, opinó.
El arquitecto habló con este medio en la presentación de Cercana, un importante barrio ubicado en Canning compuesto por 250 lotes, que van desde los 600 a los 1000 m2 con una frondosa arboleda de más de 40 años. Los lotes tienen valores que van desde los US$ 60 mil, con planes de financiación en 24 cuotas.
“Desde la pandemia a la actualidad, el único producto inmobiliario que aumentó su valor son los barrios cerrados, a diferencia de departamentos en cualquier zona en la Ciudad de Buenos Aires o en zonas jerarquizadas del Gran Buenos Aires. La realidad es que ningún activo inmobiliario se valorizó como lo hicieron los barrios cerrados en todo el AMBA, lo que marca que hay un interés en estos productos tanto para vivienda permanente como para inversión”, agregó.
El arquitecto señaló que una de las grandes virtudes para la explosión de este tipo de productos inmobiliarios se debe también a la expansión que ocurre desde la Ciudad de Buenos Aires. Esto se da a través de diferentes rutas como puede ser la Panamericana para el lado norte, la Autopista La Plata-Bs As para el sur o mismo la unión de Canning con Ezeiza también lleva a que la gente explore estos lugares.
Justamente, en ese sentido, el hecho del crecimiento de los barrios privados en la zona del AMBA, acompaña a un desarrollo de zonas que antes estaban condicionadas para viviendas de quienes trabajaban por Ciudad de Buenos Aires, pero no lograban alcanzar un hogar en la cercanía de la Capital.
Es por eso que el desarrollo de los barrios privados llevó a que haya un crecimiento en polos comerciales que se van armando en esas zonas como Pilar, Canning o Berazategui, donde los shoppings y locales de comida empiezan a ser cada vez más y a ampliar la oferta.
“En el caso de Canning, hace 30 años, era una zona de casas quintas, donde había un pequeño apoyo comercial. Después había una población de clase media baja que prestaba servicios a esa masa consumidora, jardineros, servicios de construcción y demás. Hoy la presencia de los countrys hacen que estos tengan más demanda haciendo crecer los servicios, sumado a que hay empresas que empiezan a radicarse aqui”, explicó.
Dejar el departamento, para irse a vivir a un barrio cerrado: 3 cosas que tenés que saber
Uno de los fenómenos silenciosos que dejó la pandemia es que hay personas que vieron sus casas cada vez más chicas. Esto en parte por la fuerte influencia que tuvo el aislamiento social, preventivo y obligatorio durante casi todo el 2020 en las zonas metropolitanas.
Es por eso que últimamente ha habido muchos casos de gente que busca en barrios cerrados, clubes de campo o aún más lejos en chacras, quienes tienen la posibilidad de acceder a esto, dejar sus departamentos y mudarse a zonas con más espacio a pesar de las distancias o tenerlo como casa de fin de semana.
En ese sentido, Eduardo Reñé dio a conocer tres tips para quienes están buscando este tipo de mudanza para tener en cuenta a la hora de elegir la mudanza de un departamento a un barrio cerrado en pozo, es decir, donde se deberá construir sobre el lote.
“Fundamentalmente, la elección del lugar donde se va a comprar el lote es vital y tiene que ir de acuerdo al proyecto de vida que tiene cada uno. Obviamente, es una cuestión subjetiva, pero hay muchos proyectos de diferentes envergaduras, de diferentes ofertas, de diferentes rangos de precio y es algo que varía. Es decir, hay gente que busca materializar el sueño de toda su vida que es la mansión en el country y hay gente que quiere una casa de campo”, señaló.
“Después tener un buen asesoramiento sobre la elección del lote, para tener una buena posición de acuerdo a las comodidades que puede ofrecer un barrio. Y por último, no perder de vista tener una buena constructora para realizar su casa, porque es la forma más rápida de llegar a la casa”, agregó.