El Gobierno oficializó el cierre de exportaciones de subproductos de soja, entre los que hay aceite y harina, según una medida firmada por el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, que acompañó el subsecretario de Mercados Agropecuarios, Javier Preciado Patiño.
Según el comunicado oficial, de acuerdo a uno de los artículos de la resolución de 2019, se decidió que desde hoy y “hasta nuevo aviso” no se exporten productos que sean derivados de la soja. Los expertos apuntan que no se debe a una medida orientada al impacto en los alimentos, ya que los precios de este grano es “mucho menor”.
Durante este domingo, el Gobierno informó la decisión en medio de los rumores por el aumento de los derechos de exportación. Esto se interpreta como un anticipo del incremento de las alícuotas para esos dos subproductos del grano, que mañana se establecería en el Boletín Oficial.
Aún no está claro si el Poder Ejecutivo respetaría ese límite. Por lo pronto, quedaría sin efecto el diferencial arancelario entre el grano y los subproductos, con lo cual ya no se favorecería el valor agregado de la industrialización, en el principal polo exportador de la Argentina, nucleado en torno de Rosario, con más de 20 plantas y puertos que ya hoy trabajan con una capacidad ociosa del 50%. Esa situación podría agravarse e incluso comprometer las fuentes de empleo.
Esos dos derivados de la molienda de soja hoy pagan el 31% y la primera impresión es que el gobierno podría eliminar el diferencial histórico y subir ese tributo a 33%. Se calcula que podrían arrimar unos US$ 400 millones extras que totalizarían US$ 6.800 millones en retenciones por esos productos.