Quilmes y Ferro jugaban una de las series más parejas y con más historia del ascenso argentino. Ambos equipos luchaban por obtener un pase a la final contra Barracas Central en el último pase a Primera. Sin embargo, un polémico fallo de Nicolás Lamolina condicionó el partido.
Tras un remate bloqueado por Mariano Pavone, el rebote quedó para la disputa entre el arquero verdolaga Marcelo Miño y Federico Anselmo. El uno del equipo de Caballito buscó rechazar con la mano y el delantero del Cervecero le quiso pegar con su derecha, pero terminó pegándole al rival.
El falló debía ser un tiro libre para Ferro, sin embargo el árbitro Nicolás Lamolina sancionó penal que derivó en el 1 a 0 a favor de Quilmes. La diferencia fue la definitiva que le permitió al equipo quilmeño ir a la final contra Barracas Central que venció 3 a 2 a Almirante Brown.
Con el correr de los minutos, en el banco de Oeste sabían del error de Lamolina y estalló la bronca contra el juez. El enojo de Ferro llevó a que en el final del encuentro se arme un importante revuelo y hasta hubo cruces con los plateistas.
Un nuevo fallo arbitral en el ascenso que hace crecer el enojo de los simpatizantes. De hecho, en las redes tanto Ferro como Lamolina fueron tendencia y hubo muchos reproches contra el Director de Formación Arbitral, Federico Beligoy.