El papá de Matías Chirino, el subteniente que murió de una broncoaspiración mientras dormía tras una fiesta de iniciación en un Ejército, recordó a su hijo y busca explicaciones de lo ocurrido: “Era un chico maravilloso, con un futuro enorme en el Ejército. Ellos le arrebataron ese futuro”.
“Me lo mataron, no hay ninguna duda. Lo supe desde el principio y vivo con un dolor inmenso en el alma. Estoy todo el tiempo haciendo trámites por la causa y todavía no pude caer. Siento que tampoco me lo puedo permitir, porque trato de ser un poco el sostén de la familia”, dijo Ezequiel Chirino, papá del joven.
Matías era oriundo de Holmberg, Río Cuarto, Córdoba. Luego de egresar del Colegio Militar en diciembre había sido destinado a Paso de los Libres para hacer su carrera en las Fuerzas Armadas. “Apenas llegó, averiguó sobre un gimnasio y una academia de inglés para seguir formándose. También buscaba lugares para dejar el currículum de su novia, Valentina, que se está por recibir de contadora. Tenían el proyecto de vivir juntos en Corrientes”, expresó Exquiel.
En el “bautismo” del ejército, que terminó en un final trágico, el padre del joven aseguró: “Estaba con mi hijo y vi la forma en que lo trataban”. Luego agregó: “Es importante dejar bien claro que estaba prohibido hacer lo que hicieron”. Ezequiel presentó como prueba del maltrato que sufrió su hijo a través de unos chats de WhatsApp. En la evidencia, los oficiales involucrados le exigía a Matía que los invite a un asado y compre “cerveza Corona, whisky Jack Daniel’s y vino Rutini”.
El 27 de junio era la fecha que debía incorporarse, pero los oficiales le reclamaron que lo hiciera antes para darle una “bienvenida”. Ezequiel junto a su hijo habían viajado a Paso de los Libres para el inicio de su misión en el Ejército.
En el marco de la incorporación, Ezequiel contó que: “Ese mismo sábado estábamos almorzando y armaron el WhatsApp. Ahí ya vi la forma en que lo trataban y le recomendé hablar con un superior, pero él me dijo que no, que no quería arrancar mal con los oficiales con los que iba a convivir”, recordó. Y agregó: “Ya se va a dar a conocer la totalidad de esos chats en los que degradaban a mi hijo”.
El padre de Matías se había hospedado en un hotel de Corrientes. El domingo era el Día del Padre, Matías le propuso lo siguiente: “Quedate conmigo, comemos algo al mediodía y después te volvés a Holmberg’, me pidió. Yo le iba a dejar el auto para que se pudiera mover ahí. Y no me puedo sacar de la cabeza lo que me dijo antes de irse: ‘Te juro, viejo, que estoy cagado de miedo’”.