Martes 13: cuáles son los rincones habitados por “almas en pena” en Córdoba

Desde teatros hasta edificios centenarios, resguardan secretos de “apariciones”.

Martes 13: cuáles son los rincones habitados por “almas en pena” en Córdoba
La torre de la ex Legislatura de Córdoba es escenario de una de las historias más famosas de fantasmas.

Más allá de su conocido perfil histórico y su vitalidad cultural, la ciudad de Córdoba esconde bajo sus antiguas calles un velo de misterio poblado por almas que, según relatos populares, aún deambulan. En jornadas marcadas por la superstición, como este martes 13, muchos se adentran a visitar estos rincones llenos de mística.

Desde finales del siglo XIX y principios del XX, la noche cordobesa fue escenario de apariciones en lo que se conocía como la “vieja ciudad del miedo”. Las creencias ligadas a este día atraviesan generaciones, marcando una jornada propicia para aquellos espectros que, se dice, se preparan para manifestarse.

MARTES 13 EN CÓRDOBA: LOS RINCONES DE “ALMAS EN PENA”

Los lugares emblemáticos de la ciudad guardan sus propias leyendas. En el sótano del Cabildo Histórico, por ejemplo, se cuenta que reside el alma del “sumariante”. Quienes visitan el lugar aseguran oír el sonido de una vieja máquina de escribir.

El Museo Genaro Pérez alberga al fantasma de la hija del exgobernador Félix Garzón, una joven que, según la leyenda, murió al caer por la escalera principal hace un siglo. En la Casona Municipal, se relata la visita ocasional de Ismael Galíndez, el hombre que construyó el edificio y fue asesinado allí en 1909.

El Palacio de Justicia es escenario de múltiples apariciones; hombres vinculados al derecho afirman haber visto cruzar una monja de blanco y negro. Incluso se menciona al doctor Dalmacio Vélez Sársfield, autor del Código Civil Argentino, caminando por el claustro donde descansan sus restos.

En la Cañada, la esquina de Caseros y Figueroa Alcorta era el sitio predilecto de la “Pelada de la Cañada”, un espectro que fue muy famoso en la ciudad, aunque hoy está casi olvidado. El Teatro del Libertador San Martín resguarda las almas de una bailarina que se arrojó al vacío y del poeta y pintor Romilio Ribero, quien vivió y murió en la buhardilla del teatro en 1974. Su alma bohemia, según se dice, quedó ligada al coliseo. También se mencionan otros espíritus legendarios asociados a la ópera que pasaron por allí.

La Manzana Jesuítica y sus alrededores también contribuyen a este mapa misterioso. En el Colegio Nacional de Monserrat, hay quienes escuchan ruidos que se atribuyen a los aborígenes que fabricaron las tejas para las construcciones jesuíticas. También se dice que duendes y monjes se aparecen por los pasillos.

La Biblioteca Mayor es visitada por el espectro de “El Bibliotecario”, a quien algunos lectores dicen ver ordenando libros. En la Facultad de Lenguas, los estudiantes oyen una misteriosa radio durante los exámenes, coincidiendo con el hallazgo de restos óseos durante la construcción. Otros puntos con actividad paranormal incluyen la Escuela Monseñor de Andrea, donde se manifiesta la cocinera, el Salón De Profundis con su monje negro, y la torre de la vieja Legislatura. Finalmente, el Museo Francisco Tamburini del Banco de Córdoba cuenta con un fraile franciscano que, curiosamente, usa el ascensor.

Fuera de la capital, el Valle de Punilla también posee espíritus célebres. Destaca Ana Jaime, una niña fallecida por tuberculosis en 1889 en el Hotel Edén de La Falda. Otro espíritu notable es el de Justo Suárez, “El torito de mataderos”, quien tuvo un final similar por tuberculosis en el Sanatorio Nacional de Tuberculosos de Santa María de Punilla.