La familia de Rodrigo López, el cordobés de 25 años que falleció tras haber sufrido una caída desde un acantilado en Tenerife, España, podrá repatriar su cuerpo. Tenían inconvenientes para transferir el dinero en moneda extranjera debido al cepo cambiario. El Banco Central de la República Argentina (BCRA) aprobó el trámite y la repatriación será posible.
El caso tomó gran relevancia y movilizó una campaña solidaria para que la familia pueda viajar hasta Europa y luego, una vez conocido el fallecimiento, para que puedan repatriar sus restos hasta la Argentina. Noticia que finalmente fue confirmada este jueves por los familiares del joven.
“Agradezco las gestiones. Confío en la palabra del Banco Central y quiero que esto deje un precedente para que otras familias no tengan que pasar por una situación así”, expresó Néstor López, papá de Rodrigo, en dialogo con TN.
Para Néstor, se trata de una “alegría” en medio de “todo el dolor” que vivieron. “Es saber que sólo nos separan un par de días para que Rodrigo pueda volver a Córdoba y su hermana y sus amigos le den el último adiós. Él va a poder descansar y nosotros vamos a poder hacer el duelo”.
LAS GESTIONES PARA REPATRIAR EL CUERPO DE RODRIGO
La familia del joven ya había presentado ante el Banco Central toda la documentación necesaria para el trámite y recibir la excepción al cepo, de modo que este viernes podrán girar el dinero en pesos al tipo de cambio oficial, más el impuesto del 25% para el pago de una importación de servicios, categoría de este tipo de pagos.
Macia Besso, madre de Rodrigo, había contado a La Voz que el BCRA no les permitía extraer más de U$S 200 por mes y que la única “solución” que les habían dado era pasar las donaciones a su tarjeta de crédito para abonar la repatriación con esa modalidad.
“Ellos se piensan que estoy comprando un vehículo o un bien de lujo. No lo toman como a una persona fallecido” señaló la mamá de Rodrigo. Macia lleva más de 60 días en España, intentando resolver la repatriación del cuerpo de Rodrigo.
“Él siempre me decía ‘vieja, no trabajes tanto, mamita, porque el día que vos te vayas, en el cajón no te va a entrar ni una bicicleta. Yo cuando fui a vestir a mi hijo, le llevé un pantaloncito, unas medias, un bóxer, dos remeritas de su cuadro y dos gorritos. Él se lleva eso y el amor de la gente que realmente lo conoce”, había dicho la mujer.