La cancha de Huracán de barrio La France, es hace mucho tiempo, el hogar mismo de la familia Ocón. En medio de esta pandemia que paralizó todo y con la organización de los festejos por los cien años del club Luminoso, como se lo conoce, pasó algo que pudo cambiar la alegría. Emanuel Ocón, el hijo más chico de Juan y Cristina, chocó con su moto y la preocupación rondó toda la institución y la extensa barriada.
El delantero de 32 años estuvo en coma siete días en el Hospital de Urgencias y su estado mantuvo en vilo a todo el mundo futbolero de Córdoba. Por suerte para él, sus seres queridos y toda la familia luminosa, se recuperó y contó su historia a Vía Córdoba: “La verdad es que la pasé feo con el accidente. Fue en la noche de Halloween. La verdad no me lo esperaba. Pero bueno, me tocó. Y es feo lo que se vive. Es feo estar en coma. Recién ahí en el hospital me recupere del todo de los golpes en la cabeza. Fui recuperando la conciencia. Me iba acordando de todo lo sucedido. Pero el apoyo familiar fue fundamental. Tanto de mi familia como de mis seres queridos, amigos, mi señora. La gente del campo que me mandaba mensajes y oraciones apoyándome. La verdad que eso me hizo más fuerte la recuperación”.
En los días en los que estuvo en coma, que fueron casi una semana, hubo muchos pedidos de oración por su vida, algunas colectas para ayudar a la familia en los tratamientos, mucha solidaridad de parte de los muchos clubes de la Liga Cordobesa. “De todos lados. Mucha gente a la cual pude conocer. Yo jugué en San Carlos de Noetinger, en Progreso, en Deportivo Leones. Ellos se hicieron presentes en todo momento pidiendo por mí y orando. El presidente del club Huracán, que es mi amigo aparte que se llama Franco Núñez se hizo presente también en el hospital, demostrándome su apoyo personal. Eso me hizo muy bien también. Mis compañeros de fútbol que me escribían. Todo eso ayudó para la recuperación se mas rápida aún”, agradeció Ocón.
Vivir en un club centenario
Los Ocón viven en cancha de Huracán. Emanuel, prácticamente, nació hace 32 años en el estadio que hoy lleva el nombre de José Luis Cuciuffo, campeón del Mundo en México ’86. Antes vivía con Cristina y Juan, sus padres más los tres hermanos. Y actualmente comparte casa con Melanie, su mujer y con Isaac y Mía, los hijos de ella. Él mismo explica lo que se siente vivir en la cancha: “Es muy especial. Hace 32 años que estoy acá. Desde que mi mamá estaba embarazada de mí. Lo vivo de una manera especial, lo siento de una única manera. Tengo un orgullo el poder ser hincha y jugador del más grande de la Liga Cordobesa”.
El club Luminoso cumplió 100 años el pasado 20 de noviembre y los Ocón festejaron. “Hicimos un festejo íntimo con mi familia, primos y tíos. Cantando el cumpleaños y tirando algunas luces al cielo. Para festejar los cien. Se vivió un momento muy lindo en el acto que se hizo en el club”, contó el Piojo.
Y enseguida se lamentó por los incidentes en la caravana de festejo organizada por el club: “Fue todo una lástima que se haya terminado así la fiesta de los cien años. Nadie esperaba que ocurriera lo que pasó. Es lamentable. Porque había muchas familias con sus hijos y se tuvieron que volver tristes a sus casas. Por los líos que se armaron. Una pena. Hubiera sido lindo que el acto terminara en el club. Cuando era todo lindo. Hasta el show del Toro Quevedo. Ahí yo hubiese finalizado todo. Con un acto como se merecía el club y aparte había salido todo lindo”.
Quiere volver y sueña en grande
A pesar de que recién tiene el alta médica después del accidente, el Piojo Ocón tiene en la mira volverse a poner la camiseta de Huracán para jugar la Liga Cordobesa en 2021. No se quiere apresurar pero la pasión por el fútbol es muy fuerte. Así, el Piojo Ocón confesó: “En el futuro me veo jugando todavía. Ya que me quedan dos años para jugar en Liga Cordobesa. Ahora después de los controles médicos, vamos a seguir los pasos de los doctores. Está todo en sus manos por ahora. Con esto del accidente tengo que hacerles caso y ver qué me dicen después del primer control. Para poder empezar con un gimnasio, a recuperarme físicamente. Y después pensar en la pretemporada, para poder hacerla bien y poder empezar a jugar”.
El Piojo Ocón, además de querer volver, sueña con que sus últimos años como jugador sean lo mejor posible. Y cerró con un anhelo: “Sueño con un final feliz, pudiendo jugar en el club de mis amores. Estando bien físicamente, bien mentalmente, bien de salud. Y viendo disfrutar también a la gente que me quiere. Pudiendo ver la familia en la cancha, a mi familia, mis amigos, mis seres más queridos que siempre es un plus a la hora de jugar. Verlos al costado de la cancha”.