Discutió con la madre de otro alumno por el estacionamiento frente a la escuela y al volver minutos más tarde se encontró con una nota agraviante, pegada en el parabrisas: “Mil disculpas por tocar bocina, no me di cuenta hasta que hablaste que eras un discapacitado mental. Bendiciones”, decía el texto escrito sobre una receta médica, en un episodio más de intolerancia, que pinta el clima social en Córdoba.
Es la historia que hizo pública Cristian, que todas las mañanas tiene el mismo problema de toparse con gente que no respeta el lugar asignado para discapacitados en inmediaciones del Colegio Escuti, en barrio Las Rosas, y que esta vez tuvo este desagradable e inmerecido desenlace.
La situación comenzó cuando llevaba a su hijo, que tiene Certificado por Discapacidad, a la escuela y tuvo que realizar varias maniobras como para poder acercar su auto a la vereda: “Es un lugar para un solo auto que casi siempre está ocupado por otros padres que no respetan la señal y el espacio destinado para quienes lo necesitan”, contó a CBA24n.
En eso, tocó el paragolpes de otro vehículo que estaba parado ocupando parte del espacio reservado, y su conductora comenzó a los bocinazos pese a que le mostró la oblea de discapacidad pegada en la luneta: “Hay intolerancia y terror a hablar, en un mundo muy hipócrita y falso”, lamentó el hombre.
Ya superado el mal trance y habiendo dejado al niño en el colegio, el padre regresó a su vehículo y encontró el papel con la leyenda que pretendía ser irónica y que lo indignó: “Mil disculpas por tocar bocina, no me di cuenta hasta que hablaste que eras un discapacitado mental. Bendiciones”.
Por su parte, el director General de Escuti, Sergio Martino, consignó que recibió el reclamo del padre por lo ocurrido y también por sus permanentes reclamos por la falta de respeto al lugar exclusivo de estacionamiento.