El Concurso Casalta Cocina, un importante torneo gastronómico nacional, celebró su edición 16 con una final en la ciudad. El encuentro para los futuros profesionales de todo el país consagró a un choripán de Córdoba como el platillo que mejor representó a la región.
Un importante concurso gastronómico nacional se definió en Córdoba
La marca lleva adelante la iniciativa anual para estudiantes de gastronomía de toda la Argentina. La consigna de esta edición fue “receta de autor de restaurante” y buscó “crear una receta o un plato propio de autoría, con selección de ingredientes y combinaciones creativas e innovadoras”, según detalló en un comunicado.

Los participantes, que podían ser individuales o equipos de entre dos y tres integrantes, debían pensar una receta con al menos dos productos Casalta. A su vez, impulsar el concepto de Movimiento kilómetro 0. “Consiste en minimizar la distancia entre la materia prima y la cocina, es decir que las recetas deberán priorizar la utilización de productos locales”, apuntó la entidad.
Un choripán de Córdoba se consagró en un torneo gastronómico nacional
Un jurado conformado por prestigiosos chefs y profesionales gastronómicos de larga trayectoria evaluó las propuestas definitorias. Finalmente, Gerardo Gabriel Cuello, Camilo Reyna Palacio y Fabricio Valentín Britos se quedaron con el primer puesto.

Los estudiantes de Azafrán, escuela de Gastronomía en Córdoba Capital, presentaron una “Reconstrucción del Choripán Cordobés”, según lo definieron en la final conmemorada en Campo de las Flores, camino a Río Ceballos.
Cómo es el choripán de Córdoba que se consagró
“El plato ganador fue una reinterpretación contemporánea de un clásico popular, que mantiene el espíritu del choripán cordobés pero lo eleva a una experiencia gastronómica de autor”, destacó Casalta.

La propuesta combinó al producto local con técnica y sensibilidad, reemplazando un pan tradicional por un pan bao. De este modo, una textura suave y sin migas acompañó a un chorizo de cabrito.
Como adicional, una salsa criolla fue reversionada con aceto y fue un distintivo. “Aportando brillo, equilibrio y una acidez elegante que redondeó la experiencia”, reconoció el jurado.

































