Vivió una semana increíble y bien puede decirse que cumplió (y con creces) el sueño del pibe. Juan Ignacio Londero, 112 del ranking, recibió una invitación para formar parte del cuadro principal del Córdoba Open y cerró la semana como flamante campeón de la primera edición del ATP 250 disputado en el predio del Estadio Kempes.
El Topo ni siquiera fue de menor a mayor sino que tuvo una regularidad que lo llevó a ser considerado la revelación del mismo certamen que le dio la consagración. En la final venció a Guido Pella (50) y liberó todas las emociones contenidas durante la semana. "Cuando terminó el partido no pensé en nada, solo miré al banco y me largué a llorar", dice a los medios tras conseguir su primer título ATP, casualmente en la misma competencia en la que ganó su primer partido en la categoría.
Y agrega: "Todavía no caigo, es un sueño. No estoy entendiendo bien lo que está pasando. Es una alegría inmensa, la verdad que no lo puedo describir, nunca me imaginé ganar un torneo ATP. Vine con la expectativa de poder ganar uno o dos partidos y lo que pasó hoy fue increíble".
El tenista de Jesús María pudo mostrar su calidad y talento nada menos que ante su gente; el desahogo y el festejo también fue con ellos. Con su papá Eduardo, de quien también heredó el apodo, su mamá Mariela y su hermanita María de los Milagros. "Fue increíble con toda la gente ahí en la cancha, encontrarme con mi familia, mis amigos, la gente del club, a quienes conozco de toda la vida. La verdad es que es más que un sueño", dice el jugador que esta semana aparecerá entre los 100 mejores del ránking.
Para Juani el camino no fue fácil, tras un 2017 en el que se replanteó si seguir jugando o buscar trabajo en México, el título conseguido este domingo es algo que tiene bien merecido. Y lo sabe, porque es de los que nunca bajan los brazos. De los que mira atrás y se encuentra con un Londero niño, un pequeño cargado de sueños. "Le diría que vaya por su sueño siempre, que luche, que cuando las cosas estén difíciles intente buscar un aliado como lo busque yo y que gracias a Dios apareció el Gringo (su actual entrenador, Andrés Schneiter). Todo esto se lo debo a él, todo lo que soy dentro de una cancha de tenis se lo debo e él. Gracias a Dios se me cruzó y en él tuve un gran profesor, un gran entrenador", confiesa el cordobés que debutará en el Argentina Open ante el portugués Sousa.
Y cierra: "La esperanza nunca se pierde, pero la verdad no me esperaba ganar un ATP. Siempre tuve la ilusión de estar entre los 100 primeros y esto es un gran paso a mi confianza"