El nadador cordobés parapléjico que cruzó el Canal Beagle entre las costas de Argentina y Chile aseguró hoy que "con fe en Dios y convicciones todos los objetivos se pueden lograr", y aconsejó a las personas con discapacidad que "tengan confianza y no se rindan".
Santiago Gutiérrez, de 40 años, perdió la movilidad de sus piernas durante un accidente de tránsito en 2012, pero ello no le impidió sumergirse ayer en las aguas heladas del Beagle y nadar 1,8 kilómetros entre Cabo Peñas (Chile) y Puerto Almanza (Argentina) en un tiempo de 45 minutos.
"El agua tenía una temperatura de entre 7 y 8 grados, pero no me molestó. No tuve ningún problema físico. Al contrario, lo disfruté mucho. Era impresionante parar y ver las montañas, y hasta los pingüinos y unas ballenas que estaban cerca", contó Gutiérrez en diálogo con Télam.
El hombre recordó que el proyecto surgió hace ocho meses, luego de ponerse en contacto con un nadador que había hecho el cruce.
"Mirá que no camino", le dijo Gutiérrez a Camilo López, el deportista que lo acompañó en la travesía junto con un grupo de colaboradores y representantes de instituciones de Córdoba y Tierra del Fuego.
Santiago llegó a Ushuaia el martes pasado, y para aclimatarse a la baja temperatura del agua realizó tres incursiones en Playa Larga, un paraje próximo a la ciudad.
"Estuve entrenando siete meses en Carlos Paz. No tenía ninguna experiencia en aguas frías. Por suerte nos tocó un día espectacular, con sol y poco viento", comentó.
No obstante, la correntada lo desvió de su rumbo y terminó nadando el equivalente a un cruce y medio del canal. Para nadar, Gutiérrez utiliza un dispositivo simple, que fija sus piernas y le otorga flotabilidad, de manera que pueda desplazarse sin inconvenientes.
Un médico y su equipo de trabajo, incluida su novia Silvana, lo siguió de cerca en un bote y un guardacosta de la Prefectura Naval Argentina (PNA) estuvo alerta todo el trayecto para una eventual evacuación.