Esta semana contamos la historia de Virginia Barrionuevo, una almacenera de 53 años de barrio Hipólito Irigoyen que ya presentó 10 denuncias con nombres, apellidos y "alias" de las 15 personas que intentan robarle todas las noches -todas- y al no lograrlo le apedrean la casa, rompen todo, la amenazan de muerte y le advierten que se vaya del barrio si no quiere que la usurpen.
La vecina de este sector del noreste de la Capital vive literalmente encerrada desde el 1 de enero, y no sale de la casa ni para hacer las compras por el temor a los ataques o a que le intenten prender fuego la casa, como ya sucedió en otras oportunidades.
El encierro es tal, que desde hace un mes no puede abrir su almacén y ya no tiene cómo ni de qué vivir.
Pese a que cuenta con custodia policial desde hace un mes, y que su historia tomó estado público esta semana, Virginia fue víctima esta madrugada de un nuevo ataque: una lluvia de piedras cayó sobre las paredes y techos de su casa, que estaba custodiada por un policía.
"Ni siquiera la custodia frenó a los que quieren usurpar mi casa. El policía no puede hacer nada porque los que atacan son muchos. La única solución que me queda es la que le vengo pidiendo a la Provincia, que me ayuden a irme a otro barrio", contó la vecina a Día a Día + Vía País.
Narró que entre la noche de este miércoles y la madrugada del jueves recibió "muchos ataques con piedras, insultos y amenazas", y que la situación "no va a cambiar, lamentablemente", porque la cuestión va más allá de lo que le puedan hacer a ella.
"Esto se tiene que cambiar de raíz. Cambiar las cosas de verdad. Porque lo sufro yo y lo sufrimos todos los vecinos honestos que trabajamos y no nos metemos con nadie", advirtió.
Consultada sobre la ayuda que le ofreció la Provincia, dijo que le enviaron "una asistente social y una psicóloga", pero que no le dieron cabida a su pedido de que la ayuden a irse del barrio. "La única solución concreta que me pueden dar es ayudarme a conseguir otro lugar para vivir. Porque esta gente me va a hacer la vida imposible para siempre. Pero las autoridades me dijeron que no es tan fácil, y por ahora todo sigue como siempre", se indignó.
"Me voy a quedar en mi casa hasta que la pueda vender o el Gobierno me dé una solución. Es lo único que tengo, no me queda otra", afirmó.