A un punto de San Lorenzo, en zona de Copa Libertadores y tercero en la tabla de posiciones de la Primera División del fútbol argentino.
Eso dicta este lunes la realidad de un Talleres que sabía que tenía que venir a ganar este partido ante Temperley, que llegó con muchas urgencias para salvarse del descenso, a como de lugar, para no dejar pasar la oportunidad.
Y no lo hizo. Derrotó al Gasolero por 1 a 0 y le costó mucho más de lo pensado.
Finalmente, logró vulnerar la valla contraria con gol de Junior Arias. Sufrió mucho por fallar en la definición y casi se lo empatan. Pero, al final festejó.
El equipo de Frank Kudelka ya dejó atrás las preocupaciones de los hinchas respecto de las ausencias de Bebelo Reynoso, Seba Palacios o Jhony Menéndez.
Ahora, vive de los desbordes de Ortiz, de la continuidad del Cholo Guiñazú, de la peligrosidad de Junior Arias o de la defensa cada vez más firme en la dupla conformada por Quintana y Galdolfi. Sin contar con las proyecciones de Olaza y Godoy.
Talleres tiene un presente para ilusionarse, pero debe tener esta continuidad demostrada hasta el momento.
Quizás, un tropezón de los de arriba lo lleve a volar más alto, tanto como el hincha se ilusiona desde hace rato.