Fueron apenas 72 horas, pero esas 72 horas pusieron los pelos de punta a más de un vecino en San Francisco.
Este martes 23 de enero, personal de Investigaciones detuvo en esa ciudad a Sebastián Ezequiel Juárez (27), el hombre en 2015 se convirtió en el primer criminal en Córdoba en asesinar a dos desconocidos en un lapso de horas de diferencia, y con una saña pocas veces registrada en la provincia.
El hombre, declarado inimputable por las pericias psiquiátricas, estaba internado en un hospital en Cruz del Eje, y contaba con salidas transitorias para visitar a su madre en San Francisco. Eso, de por sí, causaba temor entre los vecinos de barrio Parque que se lo cruzaban en la calle o haciendo las compras.
Sin embargo, el sábado salió de la casa familiar y no regresó, por lo que su madre radicó la denuncia. De inmediato se instaló el temor porque la falta de medicación hacía de Juárez un hombre impredecible.
Ante esto se dictó una orden nacional para recapturarlo, cosa que se hizo este martes en la casa de la madre, adonde Juárez había vuelto, confirmaron los medios de San Francisco.
El diablo. "Llévenme detenido, estoy endemoniado. El diablo me dijo que los matara, y tengo que seguir matando si me dejan libre. Voy a seguir matando".
A los policías que en enero de 2015 detuvieron a Juárez no los asustó esa "declaración"; ya suficiente horror habían visto momentos antes, al encontrar el cadáver decapitado de Felipe Salinas (70) en un campo de Cuesta Blanca y el cuerpo desfigurado a golpes de Graciela Miño (62) en Villa Carlos Paz.
El sospechoso, por entonces de 25 años, fue en el camino a las Altas Cumbres (ruta 14), cuando hacía dedo.
Fue imputado por la Justicia de Villa Carlos Paz por doble homicidio en concurso real y trasladado a la cárcel de Bouwer, pero no duró mucho: las pericias psiquiátricas determinaron que padecía una patología que le impedía comprender lo que había hecho. Es decir que fue declarado inimputable y sobreseído por la Justicia, que lo internó en el psiquiátrico Aurelio Crespo de la cárcel de Cruz del Eje.
Sus crímenes. Primero fue Miño, una vecina de San Antonio de Arredondo que salió a caminar por la orilla del río en el balneario Sol y Río, en Carlos Paz, quien se topó por casualidad con Juárez. El cadáver de la mujer fue hallado flotando el viernes 16 de enero por unos turistas. Al sacarla, comprobaron que tenía la cara desfigurada. La autopsia arrojó que había sido asesinada con violentos golpes con una piedra.
La investigación del fiscal Gustavo Marchetti determinó que al día siguiente, el sábado, Juárez intentó robarle el auto a un lugareño en la ruta 14, a la altura de Cuesta Blanca, pero el hombre se resistió y el asesino escapó corriendo hacia unos campos.
El raid criminal no terminó ahí: en su fuga, Juárez llegó a la casa de Salinas, a quien decapitó con un cuchillo y arrojó su cabeza a varios metros. Los policías que llegaron luego quedaron asqueados ante semejante escenario.
Juárez fue capturado minutos después, sobre la ruta, en dirección a Copina.
Los asesinatos tuvieron repercusión nacional.