"Pablo me dijo que tomó una pastilla en Forja y que salió porque se sentía mal"

Una vecina asistió a Pablo Rielo y estuvo más de una hora con él mientras esperaban la ambulancia. Detalles de un momento eterno y fatal. 

Los controles de la FPA.
Los controles de la FPA.

Por Alejo Gómez y Laura Giubergia.

Pablo Rielo (35), el joven rosarino que murió en el Hospital de Urgencias, consumió drogas en el interior del complejo Forja, donde una multitud participaba de la fiesta electrónica del DJ Hernán Cattáneo organizada por Buenas Noches Producciones, la misma productora del evento en el Orfeo en el que murió Tania Abrile.

Si bien hasta el momento no hubo un comunicado oficial de Forja, de Cattáneo ni de la productora, para la investigación judicial serán claves los testimonios de las mujeres y hombres que acompañaron y trataron de salvar a Pablo en sus últimos momentos, mientras el joven agonizaba sobre la calle Pinagasta, a dos cuadras del complejo.

El hallazgo de drogas en la fiesta –cocaína, marihuana, pastillas de éxtasis y troqueles de LSD– no está en discusión, toda vez que la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) secuestró esos estupefacientes el sábado 2 de diciembre en operativos de control con perros adiestrados, y trasladó a seis hombres a disposición del fiscal Carlos María Cornejo.

Lo que hasta este lunes estaba en discusión era si el rosarino había asistido o no a la fiesta, y en ese caso con quién estaba, y por qué fue hallado deambulando solo en una calle a dos cuadras de Forja.

"Hola, ¿es cierto que murió el joven que fue encontrado cerca de Forja? ¡La ambulancia tardó más de una hora en llegar!". Este mensaje escribió a Día a Día una vecina que accedió a contar lo que vivió esa noche, pero a cambio de preservar su identidad.

"Yo soy madre, soy abuela, tengo sangre en las venas. No puedo creer que un ser humano pase tanto tiempo en esas condiciones sin recibir ayuda", se lamentó la testigo, quien aseguró que la primera vez que llamó a la ambulancia del 107 le dijeron que no podían ir porque "únicamente atendían heridos de armas o por accidentes".

"Era un hombre joven, alto. Primero caminaba y después empezó a tambalear. Vomitaba. Le pregunté si se sentía mal y me dijo que se sentía enfermo. Por momentos balbuceaba cosas sin sentido". Así fue el inicio del encuentro casual entre esta vecina y Pablo Rielo.

Ella no lo vio bien, y decidió acompañarlo mientras esperaban a la Policía. "Me dijo que era de Rosario, que adentro de la fiesta habían quedado sus amigos y que él salió porque se sentía mal".

Pablo parecía apagarse de a poco. "Por momentos me preguntaba adónde estaba, después me decía que no podía respirar". La mujer llamó a la ambulancia, que según ella se negó a asistirlos.

"Lo abracé y le pregunté dónde estaba su familia. Le dije 'yo podría ser tu madre, contame qué te pasó, qué tomaste en esa fiesta'. Él me dijo que bien temprano tomó un poco de alcohol, que después tomó una pastilla de éxtasis y después le dio mucha sed y tomó agua. Se empezó a sentir mal y por eso salió. Lo mismo les dijo a los policías que llegaron a ayudarlo".

"Me muero". Después ocurrió algo que a la testigo le causó sorpresa y congoja. "Pedía agua todo el tiempo y le llenamos tres veces un botellón de tres litros de agua. Se tomó en minutos nueve litros de agua. Se le puso la panza dura como una pelota, se puso cada vez peor, yo le sobaba la panza, lo mismo hacían los policías. De golpe empezó a vomitar y a hacerse pis y caca encima. Todo al mismo tiempo".

Otra mujer que estaba casualmente en el lugar se acercó y le tomó el pulso. El corazón no se sentía y Pablo se había puesto blanco. "Estaba helado. Empezó a balbucear 'me muero, me siento mal, me voy a morir'. Ya no podía caminar, estaba en el suelo y nosotros llamando desesperados de nuevo a la ambulancia".

Según la testigo, los policías "se comportaron excelente" con el joven y trataron de ayudarlo. "Intentaron reanimarlo, también lo quisieron meter en el patrullero pero no pudieron porque era muy grandote. Algunos incluso fueron a tratar de encontrar a sus amigos en Forja, pero era imposible con semejante cantidad de gente".

La mujer asegura que nadie de Forja o de la productora se acercó a ayudarlos. "Llamé de nuevo a la ambulancia. Estaba indignada, me daba bronca que no les importara un ser humano. Al final accedieron y tardaron una hora. Cuando llegaron les dije que habían abandonado a una persona".

En ese lapso, mucha gente se acercó a ayudar con lo que podía. Entre ellos había varios "naranjitas" que hicieron lo posible por salvarle la vida. "Mucho se habla últimamente de los 'naranjitas', pero lo cierto es que se la jugaron, al igual que los policías. Los únicos que abandonaron fueron los de la ambulancia", aseveró la testigo. Ese momento quedó registrado en la foto que acompaña esta nota.

Pablo empezó a dormirse lentamente. Todos sabían que, si cerraba los ojos, probablemente ya no los iba a abrir de nuevo. "Lo abracé y le dije 'no te duermas, papá, abrí los ojos. Pero no hubo caso", se lamentó la mujer.

Finalmente llegó la ambulancia. La vecina escuchó cuando uno de los paramédicos le decía al otro que el joven "se veía muy mal". Su tensión estaba en 6.

Otra familia destruida. Este lunes, el médico toxicólogo Daniel Gómez confirmó en el Hospital de Urgencias que Rielo tiene muerte cerebral y que consumió éxtasis. "Esto hace esa droga: un edema cerebral, problemas cardíacos, respiratorios, y una falla multisistémica", describió Gómez.

Agregó que Rielo, al llegar al hospital, presentaba una actividad neurológica baja. "Sabemos que consumió éxtasis, y no había nada de alcohol en sangre”, sostuvo.

El padre y un cuñado de Pablo viajaron a Córdoba y recibieron la noticia en el hospital. En principio trascendió que la familia iba a donar los órganos, pero luego la directora del hospital, Cristina Gómez, aclaró que la familia lo estaba evaluando.

El deceso del joven rosarino trae al recuerdo la muerte de la artista plástica Tania Abrile (38), tras haber consumido drogas sintéticas en una fiesta electrónica en el Orfeo, a mediados del año pasado.

Por la muerte de Abrile hay cuatro personas imputadas: el presunto falso médico dueño de una empresa de salud contratada para la fiesta, Walter Barreto, por homicidio culposo; y Héctor Baistrocchi, Iván Aballay y Micaela Aballay –socios de Buenas Noches Producciones- como coautores del mismo delito.

Asimismo, sobre los tres socios pesa la imputación por presunta facilitación del lugar para el consumo de estupefacientes y drogas de diseño.