A tres años de la explosión en Alta Córdoba: entrega de materiales y demoras en la ejecución

¿Por qué se demora la reconstrucción de las casas cercanas a la explosión?

A tres años de la explosión en Alta Córdoba: entrega de materiales y demoras en la ejecución
A tres años de la explosión en Alta Córdoba\u002E

Por Laura Giubergia

La reconstrucción de las viviendas es la mayor deuda pendiente, a tres años de la trágica explosión, tal como lo cuentan los protagonistas que no eligieron serlo. Durante las horas que siguieron al estallido, la nutrida presencia de funcionarios hacía parecer que no los iban a dejar solos.

Se estableció un acuerdo entre la Provincia y la Municipalidad: la primera pondría los materiales, la segunda se haría cargo de la mano de obra. Mientras tanto, el Ministerio de Desarrollo Social pagaría el valor del alquiler para quienes debiesen buscar otro lugar para vivir. Las casas que se consideraron en "riesgo de derrumbe" fueron demolidas, salvo cuatro en las que se interpuso un recurso judicial.

Desde la Secretaría de Vivienda de la Provincia apuntan que a febrero de 2017 se llevaban invertidos 1.425.000 pesos en materiales de construcción de toda índole, los que se adquirían y entregaban a medida que la Municipalidad los solicitaba para la ejecución de las obras. La última entrega fue en junio.

La principal causa de la demora ha sido la falta de pago del municipio a la empresa contratista, que derivó reiteradas veces en la paralización de las obras.

Según pudo relevar este diario, fueron cinco las viviendas demolidas en su totalidad, de las cuales sólo se están reconstruyendo dos, aunque todavía no están en condiciones de ser habitadas. En las otras tres, así como en una decena de departamentos, locales comerciales o galpones – demolidos también por daños estructurales-, las obras quedaron inconclusas o ni siquiera se empezaron.

En junio, el subsecretario de Desarrollo Social municipal Adrián Casati había dicho a Día a Día que las dos casas de los hermanos Perdiguero estaban en un 80 por ciento, y que esperaban entregarlas en julio. Intentamos consultarlo nuevamente, pero no fue posible hablar con el funcionario.

Desarrollo Social condensó la asistencia a los afectados, y aún hoy continúa pagando el alquiler a 10 familias que debieron abandonar las casas en las que vivían.

La reconstrucción de las viviendas afectadas viene muy lenta, demasiado lenta. Mientras, las familias esperan.

El dato. Sergio Raponi está imputado por estrago doloso agravado por resultado mortal, delito que tiene una escala penal de entre 8 y 20 años. Está en libertad tras haber fijado una millonaria fianza.

En agosto pasado, la Cámara de Acusación confirmó la elevación a juicio, pero la defensa presentó un recurso de casación. Mientras, el abogado continúa dando clases en la UNC.

La casa que volverá a ser amarilla

La casa de Ramón Perdiguero estaba al frente de la parcela que explotó. Quedó totalmente destruida. Era amarilla.

Sus habitantes alcanzaron a salir, confundidos, cuando las primeras llamas inundaron de olor a quemado el ambiente.

La explosión llegó después.

Sus cuerpos resultaron ilesos. Eso, sólo sus cuerpos.

La casa amarilla de los Perdiguero fue la primera en ser demolida, días después.

A tres años, la estructura está reconstituida, y hace días obtuvieron la orden de pago municipal para ejecutar las terminaciones, que no son pocas. “Estamos ilusionadas, calculamos que en diciembre volvemos a casa”, asegura Camila, nieta de Don Perdiguero, con emoción.

“La vamos a volver a pintar de amarillo”, cuenta, aunque lamenta que su abuelo se haya ido de este mundo sin haber podido volver a la casa de su vida. “Muchas veces pensé en bajar los brazos, pero le había prometido al Abu que iba a recuperar la casa ”. Ramón falleció en enero de 2017.

Sin limonero. Mariela Puddini pudo también volver a la casa que la vio crecer. Sin el limonero del patio, que aunque resistió la explosión no pudo con los años de soledad.

“Siempre quedaron cosas pendientes, pero ya nos cansamos de reclamar. Hoy valoramos haber podido volver”, prioriza.

"Raponi sigue libre y yo me quedé sin mamá"

“Me acuerdo de esa noche como si fuera ayer: mi hermana me llamó para decirme que no sabía nada de mamá. Luego supimos que estaba en el Hospital de Urgencias, pero como no tenía el documento, había ingresado como NN”, recuerda Mónica de Gioia.

Angélica Cueto (64) iba caminando cuando explotó la química, y fue aplastada por un portón metálico.

“Se le cayó encima, le dio un paro cardíaco. La revivieron, estuvo en el Hospital de Urgencias, y después en la Clínica Romagosa”, repasa la hija. Ya nunca recobró la conciencia ni pudo comunicarse. Sólo le vieron caer algunas lágrimas.

El 15 de noviembre de 2014, Angélica se apagó para siempre.