Como ocurrió el año pasado, algunos de los participantes de la marcha "contra el gatillo fácil" que se realizó el lunes último, volvieron a provocar daños en edificios públicos y privados del centro de la ciudad de Córdoba.
Y tal como sucedió en 2016, también en esta ocasión el histórico muro de la iglesia Nuestra Señora del Pilar, en la esquina de Olmos y Maipú, fue el más vandalizado.
Este miércoles, personal de la Dirección de Arquitectura de la Provincia repintó la pared de ese templo que comenzó a construirse en 1738, y quitó la pegatina con imágenes que estaban en las paredes.
El sacerdote Francisco Bissio, párroco de la "Iglesia del Pilar", agradeció la restauración del muro, pero se reconoció "apenado".
“El ataque a los muros -señaló el religioso- dice en sí mismo mucho más que las leyendas escritas con pintura en aerosol. Hablan de mucho odio, insatisfacción, desencuentro y ausencia de diálogo. Personalmente vi muchos rostros con odio, con broncas contenidas y explotando como desde un volcán”.
Por su parte, desde la Cámara de Comercio, su titular, Darío Brasca, pidió al Gobierno que la Policía actúe cuando se da este tipo de vandalismo en las calles del centro.
En tanto, este viernes, se llevará a cabo una marcha para pedir por la desaparición de Santiago Maldonado y, al parecer, la actitud de los efectivos policiales sería muy distinta a lo que pasó el lunes.
