Cuando volvió de Bolivia, dónde era ídolo, para jugar en Argentinos Juniors en 2013 y arrancar como goleador del torneo de Primera, Hernán Boyero mostraba la misma simpleza que cuando llegó a Instituto.
Y viajaba en ómnibus o en un subte, cuando sus compañeros se movían en autos último modelo. "Con 30 pesos iba y venía. Auto no tenía y en taxi me habría gastado 1.500 pesos por viaje", explicó en una entrevista con De la cancha al living, por canal ShowSports.
El técnico de aquel Argentinos Juniors era Ricardo Caruso Lombardi, con quien el Flaco Boyero mantiene la amistad. "Cuando lo conocí me 'dije esta es la persona para mí'. Ahora le voy a hacer un galpón en Buenos Aires, apenas se pueda", comentó.
Es que se dedica a fabricar galpones, y lo toma con naturalidad, como cuando compraba y vendía chatarra. De todo eso habló en la nota, y de sus anécdotas en la pensión de Instituto a comienzos de la década del 2.000.