Una brigada de 200 bomberos voluntarios, cinco aviones hidrantes y un helicóptero logró extinguir este domingo por la tarde los últimos resabios del incendio de mayor envergadura del año en Córdoba. Con ojos irritados y mucha garra, el operativo apagó el último flanco del fuego que se originó en el cerro Mogote, entre Malagueño y La Calera.
“El fuego quedó apagado y se mantienen las guardias de cenizas”, indicó Diego Concha, director de Defensa Civil de la Provincia.
Por "guardias de cenizas" se entienden los controles de troncos y materiales que quedaron ardiendo después de que se apagaran las llamas. Estos elementos deben ser monitoreados para que el fuego no rebrote. En cambio, en el costado oeste del incendio -que abarcó en total 24 kilómetros cuadrados- subsistían focos de fuego.
Los dos costados este y oeste lograron ser apagados. Uno de ellos estuvo ubicado en la variante Costa Azul, a la altura del paredón del dique San Roque. Y el segundo, desde las antenas del Mogote hacia Córdoba capital.
Las condiciones meteorológicas contribuyeron con los bomberos voluntarios. El viernes, cuando comenzó a arder el monte de La Calera, el riesgo de incendio era extremo. La temperatura máxima rondó los 28 grados centígrados, se registraron vientos fuertes del norte y poca humedad. En cambio este domingo, el mercurio descendió algunos grados y creció la humedad.
De todas maneras, el funcionario advirtió que hay que ser cuidadosos porque la temporada de incendios ya comenzó. De hecho ayer también se registró otro pequeño foco en La Granja, que logró ser apagado.
A lo largo de la ruta provincial número 17 se registraron otros dos fuegos intencionales por los basurales a cielo abierto, desde Altos de Chipión a Marull, en el departamento San Justo.