A poco más de dos minutos del final, con Panathinaikos le ganaba 66-49 el clásico a Olympiacos, de visitante, y se consagraba campeón de la Liga de Grecia.
Pero el encuentro debió suspenderse porque los hinchas del equipo perdedor agredieron a sus adversarios.
Los jugadores de Panathiaikos escaparon rumbo al vestuario mientras desde la tribuna caían bengalas y bombas de estruendo.
El ambiente en el estadio Paz y Amistad de El Pireo, la casa del Olympiacos, se hizo irrespirable por el humo, y la gente comenzó a huir de las tribunas.
Panathinaikos se consagró igual campeón de la Liga helénica.