"Todo lo que uno entrega a otro primero tiene que dárselo a sí mismo. Creemos que el aprendizaje es un viaje mutuo y debe nacer desde lo íntimo de cada uno", parecen decir al unísono Santiago y Romina, los "socios fundadores" de un proyecto basado en el amor. En el amor que nació en un viaje previo y en el amor que le ponen a este nuevo desafío.
Santi es cordobés y desde hace unos años, un ciudadano de Latinoamérica. Allá por 2016, mientras recorría América del Sur, conoció a su novia. "Fue en Baños, Ecuador, y desde ahí las ganas de compartir el camino se potenciaron. Al pie del volcán Tungurahua coincidimos en el gusto por la aventura y la experiencia enriquecedora de conocer otras culturas", confiesa a Vía Córdoba Santiago, periodista radial y gráfico que incursionó además en el ámbito del teatro y la narración oral.
Con esa misma simpleza gestaron El cuento de la semilla, el proyecto lúdico educativo con el que visitarán distintas regiones del continente. Romina es de San Justo (Buenos Aires), pero está radicada desde hace tiempo en la costa argentina. Profesora de geografía de nivel secundario, dictó talleres de cuidado de medio ambiente, reciclaje y participó en actividades comunitarias de huerta y forestación. Entre los dos y con la colaboración de amigos y familiares acondicionaron una combi Transporter Volkswagen que será su semilla-casita para recorrer Latinoamérica.
"El proyecto inicial es viajar y aprender a cada paso. Queremos compartir espacios con niños y jóvenes. Aprender de sus universos, conocer otros modos de vida y costumbres. En ese marco ofrecer actividades en escuelas, espacios culturales y comunidades de pueblos originarios con una propuesta lúdica que nos haga crecer como seres humanos y con pensamiento crítico", relata el cordobés.
Y continúa: "El objetivo es aprender del otro y su cultura. Desnudar prejuicios y correr velos mentales. ¿Lo más importante? Compartir con humildad desde el ser con respeto y mucho amor. Nada como ser auténticos. Queremos mirar a los ojos, escuchar historias de vida, permanecer en el lugar de los hechos y las luchas".
Desde hace más de un mes, El cuento de la semilla ya está recorriendo caminos y escribiendo nuevas páginas a una historia que promete mucho más. Pasaron por Córdoba y compartieron su proyecto con distintas comunidades. Ya en Buenos Aires partirán hacia Uruguay y luego subirán hacia Entre Ríos, Corrientes y Misiones. Ingresarán a Paraguay por la triple frontera con la intención de llegar al Oriente Boliviano, el norte de Chile y Perú. No hay fecha definida para el final de este viaje.
"La propuesta radica en ofrecerle a las instituciones un taller educativo y lúdico sobre las diversas miradas de los niños en relación a los ambientes naturales que habitan, qué espacios desearían conocer y las principales problemáticas ambientales que afectan a sus entornos", explica Santi, quien además aclara que las actividades serán abordadas desde una perspectiva geográfica ambiental que incluye propuestas lúdicas, manuales y reciclaje de objetos, entre otras, pero con herramientas literarias, intervención artística y material audiovisual.
Los talleres serán siempre grupales y comunitarios a través de la experiencia compartida con interrelación entre todos. Tanto Santi como Romi están convencidos de que este tipo de educación exalta valores como la cooperación, la solidaridad y los vínculos afectivos.
"El proyecto es también un abrazo a la naturaleza, la confianza en las raíces para saber de dónde venimos y quiénes vamos siendo. Un narrar-sembrar el camino para que brote lo compartido. La semilla como alimento saludable del cuerpo y el espíritu y también el punto de origen donde anida la esencia; y nómada por sentir el llamado de la aventura", cierra.
Si querés conocer más sobre El cuento de la semilla podés escribir a elcuentodelasemilla@gmail.com; en redes sociales: Facebook: El cuento de la semilla, Instagram: @elcuentodelasemilla.