Es la última tendencia entre los chicos y adolescentes. Algunos más grandecitos también se prendieron en esta vuelta de tuerca (literal). Aunque el fidget spinner, una especie de juguete hecho de rulemanes que gira, no es nada nuevo.
De un día para otro, se materializaron en todo el país. En Córdoba, comenzaron a verse con más frecuencia en los recreos de la mayoría de los colegios. Y la Internet, sobre todo YouTube, le terminó de dar el último y más fuerte empujón para que la moda no pare de girar.
Sin embargo, este juguete ya tiene sus buenos años. Una ingeniera química norteamericana lo inventó en 1993. Catherine Hettinger lo creó como un objeto que permitiera calmar la ansiedad y relajar a quien lo usara.
Pese a que ya tiene más de 20 años, hoy vuelve a estar en manos de todo el mundo. En Estados Unidos y algunos países de Europa es furor, hasta se llegó a prohibir en algunas escuelas por su incesante uso. Y en Argentina tiene tantos fanáticos como indiferentes. Los más escépticos, tildan de pasajera a esta moda y le dan dos o tres meses de vida. Claro, hasta que lo retro vuelva a tener vigencia.
Fans
Ahora bien, ¿por qué gusta tanto? Sus seguidores no dan vueltas: es divertido, y punto. Consultados por Día a Día, todos coincidieron en que los relaja, pero aclararon que lo más placentero de todo es crearlo uno mismo, más allá de usarlo después.
"Cuando estoy quieto, tengo un tic, muevo permanentemente mi pierna. Y el spinner me relaja. Ya fabriqué dos, de diferentes modelos y materiales. Eso es lo más entretenido. También me compré uno. Está muy copado. Mi mamá está contenta porque dice que por lo menos es un juego en el que hago algo. Pero ni larga al lado de la Play", contó Máximo, de 13 años.
Y otra vez el mundo virtual contribuyendo a que cualquier cosa se vuelva tendencia. La mayoría, por no decir todos, de los youtubers e instagrammers están subidos a esta rueda que aún sigue girando con retos, pruebas, explicaciones y curiosidades acerca del fidget spinner.
Sofía es otra fanática del juguete de moda. Tiene 9 años y con sus dos hermanos mayores, Tomás y Francisco, ya tienen prácticamente una colección de spinner. "Me gusta hacerlo girar. Es muy gracioso. Con mis hermanos competimos a ver cuál gira más tiempo. No me cansa y me relaja. Me divierte", explicó.
Además, el juguete giratorio ya tiene un nutrido grupo de seguidores, que ya se constituyeron en importantes foros en los cuales se debate sobre cuál es el mejor aparato y cómo debe usarse correctamente.
Paloma acaba de cumplir 10 años. Obvio, está esperando que le regalen su propio spinner. Mientras tanto, entre sus amigas, se comparten los que tienen disponibles. "Me encanta jugar porque gira y te desestresa. Podés hacer bastantes cosas con eso, no sólo hacerlo girar y nada más. Por ejemplo, hago una medialuna con una sola mano y con la otra, giro el spinner. Hacemos retos, a ver a quién le sale".
Lautaro, de 15 años, también se animó a la fabricación y armó su propio spinner, con un tutorial de YouTube. "Me salió joya. No gira tan bien como los comprados, pero competí con algunos (cronometran el tiempo en que permanece girando) y les gané. También hacemos trucos, como hacerlo saltar y que no caiga ni deje de girar. Está re bueno", detalló.
El mal menor
Los que están más contentos que los chicos, son los padres. Concuerdan en que mantiene a sus hijos lejos de los videojuegos, la televisión y la Internet. Aunque algunos ingeniosos ya aprendieron a mensajear con una mano y con la otra usar el spinner.
Como sea, los mayores son personas de fe y creen en que esto no se va a detener. De hecho, invirtieron sus buenos pesos para que sus hijos se entretengan con “un juguete de verdad”, que los mantenga concentrados en algo y los haga pensar más.
Qué es
Concretamente, el spinner es un objeto que tiene un eje central con dos, tres o más brazos. Los más comunes son en forma de triángulo o trébol, con tres aspas con un centro giratorio cada una que a su vez giran sobre un eje central. Pero hay muchos modelos, hasta rectangulares y redondos. Pueden ser de plástico, acero y otros materiales.
Se consiguen en la Internet, donde abundan los vendedores. En las últimas semanas, en el centro de Córdoba, algunos negocios especialistas en tecnología comenzaron a comercializarlo. El precio varía según el modelo, tamaño y material, pero en promedio cuestan unos 200 pesos cada uno.
También en la Web existen numerosos tutoriales, que ya suman millones de reproducciones, que enseñar a fabricarlos en casa. Están las versiones básicas, que son muy fáciles de armar, y los más avanzados, que requieren de la ayuda de un adulto e incluso herramientas específicas.
¿Y...qué hacemos?
- La gracia de este juego, cual un trompo, es hacerlo girar.
- Uno de los trucos que se pueden realizar es pasarlo de una mano a otra sin que deje de girar.
- Otro es mantenerlo en equilibrio sobre un solo dedo.
- También hacerlo girar sobre otro spinner, o encima de la nariz.
- Hacer piruetas con el cuerpo, incorporando el juguete.
- Lo más entretenido parece ser fabricarlo uno mismo.
El efecto spinner
La moda llegó hasta la máxima autoridad del país. Al presidente Mauricio Macri le prestaron un spinner y, ni lerdo ni perezoso, lo probó.