La sentencia recayó sobre Julio Santiago Santillán y fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Concepción del Uruguay, con la jueza Mariela Emilce Rojas como integrante. El fallo se dio en el marco de un acuerdo de juicio abreviado impulsado por la fiscal federal Josefina Minatta, en el cual el imputado reconoció los hechos, su autoría y aceptó la calificación legal y la pena.
Santillán fue considerado penalmente responsable de cinco delitos: comercio de estupefacientes en concurso ideal con tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, en concurso real con peculado, incumplimiento de los deberes de funcionario público y venta sin autorización de medicamentos que requieren receta para su comercialización.
Durante su declaración indagatoria, el enfermero confesó que, por problemas económicos, comenzó a sustraer una ampolla de fentanilo en cada guardia que realizaba en el hospital. Según relató, las almacenaba en un sector cercano al ingreso de la terapia intensiva y, una vez que reunió una cantidad considerable, comenzó a venderlas. La investigación determinó que obtenía las sustancias a través de contactos dentro del nosocomio y luego las ofrecía para su venta en grupos de una aplicación de mensajería.
Las tareas investigativas permitieron establecer que la actividad delictiva se desarrolló entre febrero y marzo de este año. La causa se inició tras una denuncia telefónica anónima que alertó sobre la venta de drogas sustraídas del hospital por parte de un enfermero. A partir de ello, la fiscalía solicitó la intervención de un agente revelador que se infiltró en los grupos donde se ofrecían los estupefacientes, lo que permitió documentar las conversaciones con potenciales compradores.
El 11 de marzo se concretó una primera compra controlada, en la que el enfermero entregó cuatro ampollas de fentanilo a cambio de 55 mil pesos. El procedimiento fue registrado por personal de la Policía Federal Argentina. Una segunda operación, realizada el 20 de marzo, derivó en la detención de Santillán, quien llegó al lugar en motocicleta. En esa oportunidad se le secuestraron 34 ampollas de fentanilo y nueve blísteres de medicamentos, entre ellos lorazepam y carbamazepina.
Posteriormente se realizaron cuatro allanamientos. En uno de ellos, se incautaron nuevas ampollas de fentanilo y blísteres de psicofármacos. Además, se constató que las ampollas secuestradas correspondían al mismo lote que el hospital tenía en stock, confirmando su origen ilícito.
En la causa también estuvo imputado el hermano del enfermero, quien fue sobreseído a comienzos de noviembre y quedó desvinculado del proceso judicial.
































