Este jueves comenzó el juicio por el femicidio de Soledad Arrieta, ocurrido el 5 de febrero del 2018 en una casa ubicada sobre la calle Juan Manuel de Rosas del barrio Abel Amaya. Durante la jornada, la fiscal María Laura Blanco, hizo una introducción al caso. En la presentación aseguró que se trató de "un plan ideado por Servera, que incluyó una coartada en la que involucró a sus hijos para intentar quedar impune".
"María Soledad Arrieta era una mujer joven, estaba por cumplir 39 años, y desde los 15 estaba en pareja con Gustavo Alejandro Servera, el principal acusado. Tras pocos años de noviazgo formaron pareja, convivieron por el lapso de aproximadamente 9 años y se casaron. Como fruto de esta relación nacieron sus tres hijos, que al momento del femicidio, tenían 13, 9 y 7 años respectivamente", señaló la fiscal.
"Finalmente, a mediados del año 2017, como tantas veces, tomaron la decisión de separarse pero siguieron viviendo en la misma casa, pensando que sería lo mejor para sus hijos. Servera comenzó a sospechar que Soledad había iniciado una relación con otra persona. Pese a que él también estaba con otra persona, Servera comenzó a desarrollar conductas celotípicas, posesivas y de control hacia Arrieta, siempre con la intención de dominarla. La situación se torno aún más violenta", sostuvo.
"El día lunes 5 de febrero de 2018 entre la 1:30 y 1:50 horas, Soledad estaba sola en el quincho donde vivía y Servera ingresó, la abordó y la redujo con golpes y compresión en el cuello. Después la llevó a la habitación, la colocó sobre la cama, la roció con una sustancia inflamable, la prendió fuego y se retiró del lugar, provocando la muerte de Soledad por quemaduras", concluyó la fiscal.