La crisis económica y la recesión que se vive, produjo que la gente en general se cuide más a la hora de realizar sus compras e incluso disminuya el volúmen de las mismas. A eso se refirió el empresario y propietario de un supermercado Guillermo Achával.
El hombre se mostró preocupado por el presente de la actividad y por lo que puede venir de cara al futuro. "La venta en productos ha caído un 35 por ciento. Es muchísimo, es desesperante para la actividad", señaló.
“Es muy crítica la situación, la actividad está muy dañada porque faltan recursos para la gente. Las ventas han caído en cantidad de producto, no en cantidad de dinero, justificado nada más que por la inflación", comentó.
Achával también manifestó que cada vez se hace más difícil tener un negocio rentable. "Lamentablemente los proveedores van al ritmo de la inflación, entonces dos o tres veces al año aumentan los precios lo mismo, suba o no el dólar; es una constante que haya aumentos, más o menos paliativos, para ir haciendo un resguardo de los fabricantes por la inflación. Hoy le puedo decir con total sinceridad que si un negocio tiene todo en blanco como el nuestro no queda rentabilidad", finalizó en declaraciones a El Esquiú.