Marcela Damiani era una mujerde 45 años, oriunda de Buenos Aires, que había llegado a Santa María de Punilla en busca de una nueva vida. Artesana de oficio, había logrado mantenerse en base a su trabajo y en 2018 había logrado comprar una casita en Villa Caeiro. Nunca imaginó que esa casa sería el escenario más terrible.
En marzo de este año, Marcela fue encontrada sin vida en esa vivienda, y habría estado muerta varios días antes al hallazgo. La mujer mantenía una relación con un hombre, Alejandro Mateu de 50 años, a quien había conocido en las ferias de las que participaba, pero de antemano sus hijos y amigos tenían un mal presentimiento sobre esta persona.
Lo cierto, es que el 21 de ese mes, una de las amigas de la mujer, alertada por una de las hijas de Damiani quien hacía varios días que intentaba comunicarse con su madre sin respuesta, llegó hasta la casa y notó que algo raro pasaba. Decidió abrir por la fuerza una ventana y sintió un terrible olor nauseabundo. El panorama era el peor, entonces decidió dar aviso a la policia que al llegar al lugar constató lo peor: la mujer estaba muerta, y había manchas de sangre por todos lados. La escena era claramente la de un crimen y el principal sospechoso, su pareja, ya había escapado.
Frente el terrible hecho, la fiscalía de Cosquín a cargo de Paula Kelm tomó jurisdicción en el caso y lo caratauló como muerte de etiología dudosa. Para la familia se trataba de un femicidio y había pruebas que incriminaban a la pareja de la víctima. Sin embargo, recién un mes después cambiaron la carátula por femicidio. Aún así, los allegados reclaman por irregularidades, y piden que se les proporcione información sobre la causa, ya que actualmente desconocen los resultados de la autopsia y detalles del expediente.
Por esta razón, la hija de la víctima encabezó una protesta junto a organizaciones feministas y vecinos de la zona que aapoyan el pedido de justicia. Además de que se esclarezca el crimen piden que se les brinde información sobre la causa y apuntan contra la ex pareja.
¿Por qué acusan a la ex - pareja por el femicidio?
Los familiares y amigos de Marela Damiani coinciden en que ella cambió mucho cuando a principios de este año decidió mudarse a las Sierras de Córdoba y a convivir con Alejandro Mateu. Concretamente comenzaron a notar cambios en su comportamiento y las cosas fueron subiendo de tono; el 11 de marzo la mujer mandó un mensaje desde el celular de su pareja diciendo que su celular se había roto y desde ese entonces la comunicación con sus seres queridos se volvió difusa. Los familiares advierten en los mensajes que enviaba una forma de comunicarse que no era propia y por esta razón sospechan que el hombre la habría incomunicado y que sería él quien enviaba los mensajes.
A estas sospechas se suman testimonios que afirman que el 12 de marzo la vieron caminar por el barrio con golpes en la cara. Al día siguiente, el 13 de ese mes, los dueños de un almacén vieron al hombre en total estado de ebriedad. A estos datos, se suma un mensaje que salió desde el celular de la víctima y que recibió uno de los hijos, en el que mencionaba la palabra homicidio y responsabilizaba a su anterior pareja.
Ese mensaje fue un alerta enorme y la familia comenzó a sospechar lo peor. Por su parte, Mateu fue visto el 14 de marzo caminando con bolsos, y testimonios dan cuenta que estuvo vendiendo artesanías en una feria de Cosquín en donde fue visto por última vez. Desde entonces, nada se supo de él.
Por su parte, Marcela no respondía los mensajes que le enviaba su familia por lo decidieron pedir a una amiga de la víctima que se acerque hasta la casa de la mujer para ver que estaba ocuriendo. La amiga fue, pero no había nadie. Pasan los días y el siendo el 20 de marzo la familia desesperada le pide a esta misma persona que se llegue otra vez y que trate de ingresar como pueda al hogar. El final es conocido.