El reloj Cu-Cú de Villa Carlos Paz, cumplió 65 años. Sin dudas, este reloj que continúa funcionando con el mismo sistema desde de su fundación, es el ícono de Carlos Paz. Esperar que sean las 00 de cada hora para que aparezca el mítico pájaro es un plan que nadie quiere perderse. Y así, se multiplican por miles las fotos de turistas y visitantes que esperan esta tradición.
Cada 25 de mayo, los carlospacenses se congregan para celebrar un nuevo aniversario del emblema carlospacense. En ese sentido, se realizaron los festejos por el 65° aniversario del Reloj Cu-Cú y miles de vecinos se acercaron a la celebración organizada por el Centro Vecinal de barrio El Cu Cú y con el apoyo del Municipio.
Las familias disfrutaron del chocolate caliente que realizaron nuestros veteranos de Malvinas y de la tradicional torta cumpleañera en la Plazoleta del Reloj.
Historia del Reloj Cu-Cú de Villa Carlos Paz
Este emblema de la ciudad fue creado por un grupo ingenieros alemanes que vivían en la ciudad y que habían montado un negocio de relojes de este tipo.
No se sabe exactamente quién inventó los relojes Cu-Cú, pero lo cierto es que se considera que las primeras piezas fueron elaboradas en la región de Selva Negra, un cordón montañoso ubicado al suroeste de Alemania. Allí, inspirados en el legendario pájaro africano conocido como Cucu precisamente por su peculiar canto, comenzaron a tallar en madera los primeros ejemplares que dieron paso a toda una tendencia. ¿Quién no recuerda haber visto este tipo de reloj en el hogar de algún abuelo, algún tío o vecino?.
Carl Hans Plock, era profesor de Logística y Metodología en la Universidad de Córdoba y formaba parte de ese grupo de ingenieros que forjó el negocio de los relojes en Carlos Paz. Carlos Gasser era parte de un centro vecinal y tuvo la idea de construir el reloj Cu-Cú más grande del mundo, por lo que contactó a Plock para tal comitiva.
El ingeniero no vaciló, y emprendió la construcción de un reloj de 7,5 m de alto. La construcción se hizo sobre un esqueleto de hormigón armado donde se apoyaron los ladrillos, que luego fueron cubiertos con piedra laja. Con respecto al tallado, fue realizado por Mario L. Casolla, un italiano que tenía una heladería sobre calle Sarmiento, donde más tarde se ubicaría el reloj.
Finalmente, el 25 de mayo de 1958 fue inaugurado el reloj Cu-Cú. El evento tuvo amplia repercusión y hasta llegó a la Revista Life de New York. Ahí, en el mismo sitio en donde lo encontramos hoy la esposa de Plock reventó una botella de champagne contra el suelo y dio inicio a lo que se se convirtió en un mágico ícono de la ciudad.
Actualmente sigue siendo uno de los relojes más grandes del mundo, en su tipo. Con el correr de los años el entorno en donde actualmente está ubicado el reloj Cu-Cú fue reformado. En 2018/2019 se le agregó una fuente de agua y un muro verde de fondo.