Todos los días, nuestras mascotas se exponen a parásitos externos, tanto en la calle, como en una plaza o en nuestro propio hogar, sin darnos cuenta. Por esto, es importante tomar conciencia y prevenirlas de cualquier enfermedad.
Una de las más típicas es la babesiosis, que se transmite a través de un organismo vector como son las garrapatas (dependiendo de la especie de babesias la especie de garrapata vectora cambia).
Las garrapatas, además, son responsables de transmitir otros agentes patogénos de importancia en salud animal y humana como bacterias y virus. De hecho, son también responsables de transmitir la enfermedad de Lyme. En zonas endémicas, donde la prevalencia de la babesiosis es alta, se han detectado casos en humanos. Aunque la mayoría de los casos están relacionados con transfusiones de sangre.
Algunas veces, la infección con parásitos de la babesia puede ser asintomática o causar una enfermedad leve no específica; el enfermo a menudo ni siquiera se da cuenta. En los casos más leves, esta patología pude provocar febrícula y algo de anemia, pero en los casos agudos la temperatura corporal puede alcanzar los 40 grados y provocar fallos orgánicos, como la insuficiencia respiratoria, cefaleas, náuseas, vómitos, mialgias y hemólisis. Las personas más amenazadas son los jóvenes, los ancianos o los que tienen el sistema inmunitario más débil y, dado que el bazo es uno de las vísceras que combaten la enfermedad, aquellos a los que les ha sido extirpado son más vulnerables.
Los parásitos de Babesia se reproducen en los propios glóbulos rojos, donde son identificables debido a su anómala división celular cruciforme; además, al igual que la malaria, provocan anemia hemolítica. Pero, a diferencia de su agente patógeno, el plasmodium, Babesia no ataca al hígado, pues no se desarrolla fuera de los eritrocitos.
También puede producir lesiones en el corazón, pulmón, hígado, bazo, riñón y aparato digestivo.
Tratamiento. Los casos más leves de babesiosis se resuelven sin tratamiento, ya que el sistema inmunitario es capaz de neutralizarlo. Para los pacientes con casos más agudos tradicionalmente se venían administrando de dos tipos de fármacos: la quinina y la clindamicina. No obstante, no era raro que esta combinación provocase rechazo en los pacientes, por lo que los estudios más actualizados sugieren la combinación de atovaquone y azitromicina, en general más tolerados por el organismo. Además, las transfusiones de sangre permiten sustituir los glóbulos rojos dañados por otros sanos.
En el tratamiento veterinario de la babesiosis normalmente no se emplean antibióticos, por lo tanto se debe asistir a un centro veterinario para tratar a nuestra mascota.
En Carlos Paz podés recurrir a Veterinarias Cattaneo Paz. Casa central: Sarmiento 401 y sucursal San Martín 1130. Teléfonos: 3541-528-573 y 3541-31-90-9. WhatsApp aquí. Facebook aquí.