No hace falta decir que todos los productores de frutas y hortalizas quieren maximizar el potencial de rendimiento. Lograr un 95% de tasa de germinación (5% por encima del estándar actual de la industria), tanto para la germinabilidad (inicio de la germinación a tiempo) como para la usabilidad (germinación vigorosa) implicaría significativamente el potencial de rendimiento.
Hoy se puede utilizar inteligencia artificial, visión por computadora y algoritmos avanzados para verificar la germinabilidad, semilla por semilla. Y se puede hacer esto con semillas de solanáceas, cucurbitáceas, brassicas y próximamente otras especies mayores como el maíz. Gracias a la clasificación de semillas, solo las semillas que no germinan se rechazan de un lote, lo que lleva a un nuevo estándar de germinación de la industria de más del 90%, e incluso hasta el 95%, Las prácticas estadísticas actuales para probar y mejorar las tasas de germinación tienen límites cuando se trata de enriquecer un lote que cae por debajo de la línea de base para las tasas de germinación.
Si después del procesamiento, se determina que un lote tiene una capacidad de germinación del 85%, el lote está por debajo del estándar de la industria y no se puede vender, lo que resulta en una pérdida financiera significativa que puede ascender a decenas o incluso cientos de miles de dólares. Alrededor del 10-15% de los lotes son no recuperables y no vendibles, lo que está afectando a toda la cadena de suministro. Sin embargo, si los productores de semillas hicieran la calificación de semillas, esto podría conducir a una reducción significativa de los costos.
Establecer un nuevo estándar de la industria para la germinación de semillas de hasta el 95% es una gran noticia para los agricultores. Se beneficiarán de mejores rendimientos y uso optimizado de insumos, y precios de lotes de semillas potencialmente más bajos, siempre y cuando no les trasladen todos estos nuevos costos de reclasificación solamente a ellos.
Seguramente los productores de semillas bajaron sus costos gracias a una reducción en los lotes descartados de valor no comercial.
Finalmente queda la pregunta entonces, ¿por qué poner en peligro el potencial de rendimiento comprando lotes de semillas con tasas de germinación variables, subóptimas o no optimizadas?