Los Viajeros de la Cruz de Sur, la historia de una vida sin ataduras

Aurelia y Oscar decidieron hace dejar su vida en Santa Rosa de Calamuchita para lanzarse a las rutas y vivir una experiencia inolvidable junto a su vieja combi Volkswagen modelo 87.

Los Viajeros de la Cruz de Sur, la historia de una vida sin ataduras
Oscar y Aurelia, dos aventureros que decidieron cambiar su forma de vida y largarse a las rutas\u002E

Aurelia Ferreyra y Oscar "Kunfi" Soto son un matrimonio de Santa Rosa de Calamuchita que desde hace algunos años comenzaron a realizar algún viaje cada año. Esto por supuesto les hizo saborear el gusto a la aventura y conocer nuevos lugares, otras culturas, nuevas forma de vida, por eso, empezaron a barruntar la posibilidad de lanzarse a un periplo que a la vez sería, en caso de concretarse, definitivamente un cambio de vida.

Ya recorrieron 14 países. Ahora el objetivo es Alaska.
Ya recorrieron 14 países. Ahora el objetivo es Alaska.

"Allá por el 2010 comenzamos a pergeñar la posibilidad de emprender un viaje diferente, sin tiempos y con una nueva forma de vida" señaló Oscar, sabiendo que esto iba a insumir decisiones difíciles.

Dejar el hogar, un buen trabajo y demás cosas de una vida común y corriente, soltar todo para cambiar y alejarse de las comodidades de la zona de confort. Así se fue dando curso a "Los viajeros de la Cruz del Sur", nombre que ellos pusieron a su aventura viajera.

"Todos nos decían que estábamos locos" comenta entre risas, confesando que ambos tienen casi el mismo grado de "locura" que los llevó a dejar todo y viajar.

Ahora, viajarán desde EE.UU, donde dejaron la combi, hasta Canadá y luego llegarán hasta Alaska.
Ahora, viajarán desde EE.UU, donde dejaron la combi, hasta Canadá y luego llegarán hasta Alaska.

Con posiciones familiares a favor y en contra, finalmente en el 2015 el matrimonio partió con su combi Volkswagen modelo 87 y un puñado de dólares con la idea de cumplir el objetivo de recorrer América.

Llegaron a Mendoza, cruzaron a Chile y desde allí subieron hasta Colombia. Cumplido este objetivo, pensaron en comenzar a volver por el lado del Atlántico, seguir conociendo y trabajando de lo que sea, aunque la gastronomía y las artesanías eran el fuerte. Los trabajos también fueron la conexión con muchos nuevos amigos que le pusieron el costado humano a la travesía, ayudando a esta pareja de viajeros en lo que pudieran.

"Vivimos experiencias increíbles, conociendo gente, haciendo nuevos amigos, compartiendo los mismos ideales con otros personas que íbamos conociendo" dijo, contando que en Cartagena encontraron a dos españoles Frank y Didack, quienes fueron "los que nos enseñaron viajar de otra manera y cómo vivir viajando".

Dos aventureros que se animaron a dejar todo para cambiar la forma de vivir.
Dos aventureros que se animaron a dejar todo para cambiar la forma de vivir.

Oscar Reconoció que más allá de ser protagonistas de una aventura por demás atractiva, no todo fue color de rosa. "Hubo momentos que no la pasamos bien, pero fueron los menos y destacamos a Guatemala y El Salvador como dos países maravillosos".

En cuatro años recorrieron 14 países y cuando llegaron a Colombia pensaron en emprender el regreso pero lograron cruzar a Panamá y allí armaron una pizzería. “La dejamos funcionando y todavía existe”, destacó con orgullo.

“Todo fue mágico, la ayuda que recibimos antes y durante la travesía y así recorrimos 60 mil kilómetros, hubo países en que nos quedamos bastante tiempo y recorrimos mucho. En Centro América estuvimos un año y medio. Fue una experiencia increíble, que nos dejó a las cosas más simples como la mejor enseñanza, aprender a transformar lo negativo en positivo” explicó.

El matrimonio, luego de estar unos cuantos meses en Calamuchita, decidió volver a las rutas. Los últimos días de febrero partieron hacia Las Vegas para buscar a la compañera de travesía, la Volkswagen 87 que ahora los llevaría hacia Canadá y después a Alaska. Un nuevo capítulo de esta historia aventurara que ya comenzó a escribirse. Los viajeros de la Cruz del Sur otra vez en la ruta, con el desafío de vivir sin ataduras y buscando la felicidad en la simpleza que encuentran en cada viaje.