Cuando en 2015 Uber aterrizó en nuestro país, los taxistas fueron los primeros en manifestarse. Sabían lo que se venía: la diversificación de opciones, sumado a quizás un menor costo y el aval silencioso a un servicio ilegal ponían en peligro su fuente de trabajo, un transporte histórico y un clásico de las calles porteñas.
Lo cierto es que hoy y, desde hace algunos años, cada vez menos gente toma taxi. Porque a las aplicaciones se le sumó la estocada casi final que le dio la pandemia. Muchos debieron dejar de circular por la falta de pasajeros en el contexto de cuarentena estricta por tanto tiempo.
Pero después, lejos de lo esperado, el escenario prepandemia nunca regresó por completo. A la vista de que el trabajo remoto o home office cerraba en muchos aspectos, numerosas empresas lo mantuvieron. Así, el movimiento de gente en la Ciudad de Buenos Aires no volvió a ser el mismo. Tampoco la situación económica general fue de gran ayuda: tomar un taxi, para muchos, se volvió un lujo.
Cuánto cuesta tomar un taxi
La inflación y los constantes aumentos del combustible tocan indefectiblemente a los taxis: los aumentos deben llegar. Aunque como consecuencia esto aleje un poco más a los pasajeros y elegirlos se vuelva, más que una necesidad, “un gustito”.
El último aumento autorizado por el Gobierno de la Ciudad fue del 50% en dos tramos. Así, recientemente la bajada de bandera pasó a $ 293 y en mayo llegará a $ 351. El valor de la ficha (200 metros recorridos), por su lado, es del 10% de ese valor: ahora $ 29,3 y en mayo, $ 35,1.
Los taxistas se suben a las plataformas
Siete años después de la llegada de Uber, de las primeras aplicaciones en desembarcar en nuestro país, muchos entendieron que la premisa parecía resumirse a adaptarse o desaparecer. Así fue que muchos optaron por sumarse a estas plataformas, por mucho que les pesara. Pero no todos: otros mantienen como bandera la consigna #YoTomoTaxi.
Quiénes decidieron “aflojar” y alejarse de aquellas violentas escenas de “cazauber” del principio, probaron con cambiar el chip y probar. Fue en diciembre de 2020 cuando Uber dispuso de esta alternativa: habían pasado más de nueve meses de pandemia y la situación obligaba a buscar una salida.
Desde entonces, los usuarios de Uber cuentan con la posibilidad de elegir un taxi luego de confirmar su punto de partida y destino. También la competencia de esta app, Didi, ofrece el servicio DidiGo. Si un cliente toma un taxi registrado en la plataforma puede conecta su viaje al subir al vehículo, mediante un código QR que cada DiDi taxista tiene disponible.
No obstante, muchos pasajeros “de los de antes” advierten sobre lo dificultoso que se volvió encontrar un taxi en la Ciudad. Pararse en Corrientes un sábado a la salida de los teatros con el objetivo de subirse a uno suele ser una pérdida de tiempo considerable. Será cuestión de que el servicio vuelva a reformularse en tiempo, espacio y equilibrar su presencia entre calles y aplicaciones. Las remakes de los clásicos, bien hechas, suelen ser un éxito.