La comisaría 3° de la Ciudad de Buenos Aires, situada en la calle Lavalle altura 1958, protagonizó este jueves un momento de suma tensión cuando presos rompieron los candados de los calabozos y se amotinaron. Pero la pronta reacción de las fuerzas de seguridad logró poner fin a la revuelta.
Así, la Policía de la Ciudad logró contener el avance de los presos al poner en marcha un rápido operativo de seguridad.
Según lo informado por el Ministerio de Seguridad, el motín no se generó por reclamos puntuales hacia las fuerzas policiales, sino más bien, se trató de un enfrentamiento entre los presos mismos, pero siguen sin estar claros los motivos que llevaron a la violencia.
Refuerzos policiales para contener el motín
La Policía de la Ciudad precisó de refuerzos adicionales para contener la revuelta que se generó en la comisaría 3°, pero pronto logró hacerse con el control de la situación.
Los reclusos incluso llegaron a liberar a otros detenidos, y rompieron diferentes objetos que utilizaron como armas cortantes. La información hasta el momento habla de que tres convictos resultaron heridos con golpes y acuchillados.
La reacción de los efectivos de seguridad en la comisaría de la calle Lavalle al 1900 fue bloquear el sector en donde se encontraban, a fin de esperar por la llegada de los refuerzos. Así, efectivos especiales del Grupo de Contención Alcaldías, se presentaron en el lugar y controlaron la situación.
Los tres reclusos acuchillados así como también el resto de los detenidos, terminaron siendo atendidos por el SAME cuando la situación se calmó.
Incluso, fueron los propios presos que se amotinaron que durante la acción comenzaron a gritar que tenían heridos, a raíz de “facas tumberas”, y allí comenzó el diálogo con las autoridades del lugar.
Hay que mencionar que ante esta situación, los calabozos se quedaron sin luz, dado que hubo destrozos en las luminarias y varios presos también tiraron por las ventanas baldosas de los baños hacia los patos internos.
El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°39, que está a cargo de Fernando Caunedo, abrió una investigación judicial a fin de averiguar quiénes iniciaron el motín y por qué.