El estadio de Vélez Sarsfield fue allanado en la noche del jueves en búsqueda de documentación luego de que el club y sus autoridades quedaran sospechados por una fiesta clandestina que organizó una facción de la barra brava en el Polideportivo de la entidad de Liniers.
La fiscal Celsa Ramírez imputó al presidente del club, Sergio Rapisarda, y al jefe de seguridad, Eduardo Capuchetti, por distintas contravenciones.
A los directivos se los responsabiliza por no haber acatado los artículos 129 (desvirtuación del rubro), 205 (propagación de pandemia) y 239 (desobediencia) del Código Contravencional.
La reunión, que fue organizada supuestamente por un grupo de la barra brava y fue en el mismo momento en que se disputaba el partido que el equipo del DT Mauricio Pellegrino perdió con Banfield (2-3) en San Juan, por un lugar en la edición 2022 de la Copa Sudamericana. Incluyó un show del trapero L-Gante.
De acuerdo a los testimonios de testigos y allegados a la institución cerca de “mil personas” habrían participado de este festejo en el que se incumplieron “los protocolos sanitarios” en el marco de la pandemia del coronavirus.
En la organización de la fiesta estaba Raulo, el nuevo líder de la barra brava tras el alejamiento de Pedro. Además del cumpleaños de un hincha de Vélez “que tiene mucha plata”, según afirmaron fuentes confiables, fue una manera de festejar la reelección del presidente Sergio Rapisarda, a quien los nuevos líderes apoyaron abiertamente.
El club recibiría la clausura del Polideportivo, aunque no del estadio José Amalfitani, que quedará habilitado para albergar normalmente el partido que Vélez sostendrá este domingo, a las 18.30, con Unión de Santa Fe, por la fecha 8, zona B, de la Copa de la Liga Profesional de fútbol.