Una larga fila de personas aguardaba hoy por segundo día consecutivo parada, leyendo o sentada en banquitos que traían para la espera, adquirir el tradicional pan dulce de la mítica confitería Plaza Mayor del barrio de Monserrat, considerado por sus consumidores uno de "los más ricos, artesanales y llenos de frutas variadas" que se amasan en la ciudad de Buenos Aires.
"Este pan dulce tiene todo, almendras, nueces, cajú, avellanas, pasas de uva, frutas, higo, cerezas y gusta mucho porque tiene gran cantidad de todo, y trabajamos con manteca, no con margarina y ni hablar que no podemos hace stock porque no tiene conservantes y es muy fresco", contó a Télam Federico Yahbes, uno de los cuatro hijos del dueño de Plaza Mayor, Samuel, que acompaña a su padre en el negocio hace 30 años.
En 1982 abrieron sus puertas en Buenos Aires y hasta hoy tienen cómo cábala no informar cuántos pan dulces venden diariamente en las fiestas.
Otra característica tentadora para hacerse de este pan dulce es su precio, a 290 pesos, aseguran quienes lo compran todos los años.