El vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, informó hoy que desde que comenzaron los controles de la Policía de la Ciudad en septiembre de 2017, se supervisaron un total de 52.000 motos y se secuestraron unas 2.500.
"Todo esto lo hacemos en la búsqueda de la mejora de seguridad ciudadana que estamos llevando a cabo en la Ciudad de Buenos Aires dentro del Plan Integral de Seguridad, que es algo muy importante para nosotros", señaló el funcionario.
Según remarcó, la implementación de estos controles, que se hacen en conjunto con el Cuerpo de Agentes de Tránsito, implican "un cambio central en una problemática que fue creciendo a medida que empezaron a crecer las ventas y los usuarios" de este tipo de vehículo.
"Las motos que después no se retiran pasan a compactarse y todo eso genera recursos para el Hospital Garrahan y para el Hospital de Niños de la Ciudad", destacó.
La mayoría de las infracciones se relacionan con patentes adulteradas o ilegibles, vehículos sin dominio, incumplimiento con el seguro, licencias de conducir caducadas o inhabilitadas, faltante de espejos en la moto, falta de cédula verde, circulación sin casco o sin chaleco y evasión de los controles de tránsito.
Las sanciones incluyen la retención del vehículo, multas de 100 unidades fijas (que se elevan a 200 cuando se trata de la circulación no autorizada de un acompañante o la no utilización del chaleco reflectante con el número de dominio) y la inhabilitación para conducir de cinco a diez días. Cada unidad equivale a $10,40, con lo cual las multas oscilan entre los $1.040 y los $2.080.
Bisiau señaló a su turno que "estamos comprometidos con el Jefe de Gobierno (Horacio Rodríguez Larreta) en reducir la cantidad de muertes en siniestros viales en un 30%, sabiendo que ninguna persona debería morir por el solo hecho de transitar por la calle", agregó la subsecretaria de Movilidad Sustentable y Segura, Paula Bisiau.