A un año de la prohibición de las bolsas plásticas en los supermercados de la Ciudad de Buenos Aires, la industria plástica, una ONG medioambiental y el sindicato del plástico salieron a explicar el impacto negativo que tuvo la medida en la economía de las empresas productoras, en los trabajadores del sector y también en el medio ambiente.
"Antes de esta prohibición, en el 85% de los hogares se reutilizaban las bolsas para los desechos domésticos y así la población separaba residuos orgánicos y reciclables: esa práctica hoy está en retroceso", explican en Ecoplas, una asociación civil sin fines de lucro especializada en medio ambiente y plástico.
Dicen que ante la imposibilidad de contar con bolsas verdes y negras "la población está dejando de separar los residuos y mezcla todo en una misma bolsa, sin discriminar materiales nobles e inocuos como el plástico, que pueden ser reciclados".
Por otro lado, también la industria se sumó al reclamo por el perjuicio ecónómico que implicó la medida. Sergio Hilbrecht, gerente de la Cámara Argentina de la Industria de Plásticos (CAIP), explicó: "Desde enero de 2017, cuando empezó a regir la resolución 341, que prohíbe la entrega de bolsas en los súper porteños, se generó una pérdida económica de $ 150 millones; se redujeron 400 puestos de trabajo en las casi 120 empresas en la Capital federal y GBA que se dedican a la producción de estos materiales. Hoy el sector está trabajando a un 50% de su capacidad en todo el país", dijo a Clarín.