"No hay sueños imposibles". Eso es lo que comprobó Pablo García durante los últimos 16 años, cuando a bordo de su bicicleta recorrió el mundo.
Y es lo que sintió en especial durante el último año, en el que regresó a la Argentina. Ayer, finalmente, volvió a hacer pie en el Obelisco. García emprendió la recta final de su viaje desde Tigre.
La postal era imponente, con un recibimiento tipo rockstar. Realizó su entrada triunfal por la Avenida 9 de Julio, escoltado por una autobomba de los Bomberos Voluntarios de la Boca, y por unos 60 ciclistas también apasionados por desandar caminos tanto en la Argentina como en el mundo.
“Estoy muy emocionado. Nunca imaginé que iba a estar tantos años viajando. Comencé en 2001 con la idea de dar la vuelta al mundo en dos años y medio y hacer 80.000 kilómetros. Hice más del doble”, dice el aventurero de 44 años, oriundo de San Andrés, en el partido bonaerense de San Martín que pedaleó a lo largo de 167.500 kilómetros y a través de 106 países, sumó amigos y experiencias que hoy forman parte de “Pedaleando el Globo”, un documental sobre su recorrido, con el que logró financiar gran parte del viaje.