El jazz también puede ser un género para todos

El respetado trompetista Juan Cruz de Urquiza toca esta noche en La Trastienda a beneficio del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Un estilo musical poco difundido que atrapa cuando tiene la oportunidad. Cuando llegás, la recepción es muy positiva, dice.

El jazz también puede ser un género para todos

Por Santiago Puddington (spuddington@larazon.com.ar)

"El jazz tiene una desventaja de difusión muy importante y llega muy poco al público en general, pero cuando se tiene contacto con este género hay una recepción muy positiva, aunque no es algo normal porque no se lo escucha en radio ni televisión". Las palabras de Juan Cruz de Urquiza no son de decepción ni resignación, todo lo contrario. Ilusionado, este músico de gran formación y respeto en el ambiente, se anima a seducir a un público que parece difícil pero que en realidad está subestimado. Lo hará con un show a beneficio de los más chicos esta noche en La Trastienda (Balcarce 460), desde las 21, para el que trae a una formación cercana y amena para el gran público, que hasta incluye una cantante, algo muy poco común para los exquisitos del jazz.

"Este proyecto tiene esa particularidad y ese siempre es un vínculo extra que para mí es importante", explica Juan Cruz sobre la voz de Lucía Boffo en un grupo que completan su hijo Sebastián y Miguel Tarzia. El repertorio de la velada es atractivo ya que incluye grandes clásicos del jazz y un repaso por el disco homenaje a Charly García ("Indómita luz") con el que adaptó temas de su gran ídolo hacia su tipo de música.

Se trata de uno de los grandes trompetistas de estas tierras que al moverse en un género de menor trascendencia pasa inadvertido para las luces, cámaras y micrófonos, pero que muchos músicos se pelean por tenerlo en sus discos como sesionista y que, desprejuiciado, se anima a probar, mover y romper barreras, estructuras y mitos dentro de la música con distintos proyectos que lleva adelante al mismo tiempo.

Sin venir de una familia musical, se enamoró del jazz desde chiquito, con un tío abuelo que tocaba como aficionado pero “muy en serio”. “No se lo conoce pero tocaba muy bien, aunque se dedicaba a otra cosa, era bioquímico. En alguna reunión familiar me volvió loco cuando sacó el trombón, después me terminaron dando la trompeta porque es más fácil para un chico. Y en la adolescencia llegó la guitarra y otra música, más rock y rock nacional”.

De esa mezcla vino su homenaje a Charly ("busqué canciones a las que yo le pueda aportar algo que valga la pena, hay temas que si le corrés una coma lo arruinas"), con el que también se dio el gusto de juntarse a tocar en familia con sus hijos Sebastián y Tobías. "Es algo que no tiene precio, nunca pensé que podía pasar. Para mí es una sorpresa enorme". Con todo, este artista y su familia atravesados por el género buscarán esta noche salir a escena a seducir oídos con el jazz.