Desde este sábado se cerrará al público el zoo porteño para reabrir sus puertas dentro de dos años, cuando la promesa del ecoparque empiece a tomar forma.
Según informó La Nación, durante este tiempo, "se avanzará con obras en los dos extremos del predio para crear más espacios verdes y recuperar edificios de valor histórico que albergarán actividades culturales, de investigación y consumo responsable".
¿Qué pasará con los animales? Mientras duren los trabajos, algunos animales deberán ser reubicados dentro del mismo zoo. También continuará el traslado de algunos ejemplares a santuarios y reservas para liberarlos del cautiverio.
Cuando a mediados de 2018 avance la segunda parte de los trabajos de transformación, los especialistas esperan haber derivado a todos los animales próximos a los sectores intervenidos. Los osos y Sandra, por ejemplo, serán derivados a nuevos destinos; por la orangutana hay conversaciones con un santuario norteamericano.
Los trabajos serán monitoreados por los llamados "guardianes de obra", empleados antes abocados a la atención del público que ahora supervisarán junto con los equipos de obra y veterinario el cumplimiento de la planificación y el comportamiento de los animales ante los cambios en el predio de Palermo.