Por Claudio Gómez
Sin vueltas. Sin filtro. Sin anestesia. Cuando Fernando Iglesias critica al peronismo, y en especial al kirchnerismo, no deja nada a la libre interpretación. El precandidato a diputado nacional por Vamos Juntos -la versión porteña de Cambiemos- acusa al gobierno anterior de dejar a un tercio de la población en la pobreza, asegura que Aníbal Fernández representaba la "amenaza de la droga" para los bonaerenses y señala que en estas elecciones está en juego "volver a un pasado de frustraciones en el cual saquearon el país y lo dejaron destruido en su infraestructura o apostar nuevamente por un cambio". "Este un buen gobierno, hay una diferencia abismal tanto con el pasado como con las alternativas que se le presentan", destaca en diálogo con La Razón.
Fuiste diputado por la Coalición Cívica entre 2007 y 2011, ¿qué te motiva a volver ahora al Congreso?
Soy una persona comprometida con la política. Esta es la última oportunidad que tengo para ver una Argentina digna, decente, razonable. Estoy preocupado por este cuarto de siglo de hegemonía peronista que nos dejó en estas condiciones. Pero en particular por la última década kirchnerista que fue un compendio de los peor de lo peor.
¿Cuál es la mayor preocupación que notás entre los vecinos?
La economía. Hay muchas personas que la están pasando mal, aunque no es una situación peor a la que dejó el kirchnerismo. En el primer semestre de 2016 había que hacer algo inevitable que era salir del default y del cepo cambiario, y es lógico que tuviera costos sociales, fue muy duro para todos los argentinos. Pero de ahí en adelante la situación se estabilizó y está tendiendo a mejorar. Lo peor ya pasó.
¿El voto "bolsillo" puede perjudicar al oficialismo?
Los que dejaron un tercio de pobres y ahora los utilizan como emblemas de sus campañas subestiman a la gente de bajos recursos, piensan que sólo votan con el bolsillo, y se van a volver a llevar una desilusión. En 2015, María Eugenia Vidal le ganó a Aníbal Fernández porque los bonaerenses no querían que sus hijos tuvieran la amenaza de la droga. Y ahora pasa lo mismo, ven a la gobernadora luchando contra las mafias. O notan obras para tener cloacas y agua potable.
El periodista y escritor remarca que en las elecciones no sólo se votan legisladores. “Cuando elegimos diputados y senadores, también estamos eligiendo indirectamente a los jueces. De los actuales doce magistrados federales, once fueron designados por un presidente peronista y avalados por un Senado con mayoría peronista. Si queremos que no haya impunidad, tenemos que votar mejor”, sostiene. Y apunta a la complicidad de la sociedad hasta 2015. “Durante mucho tiempo hubo un voto consciente de los argentinos al ‘roban pero hacen, roban pero defienden los derechos humanos, roban pero protegen a los pobres’. Y al final, cuando hacemos las cuentas, vemos que robaban y nada más. Tiene que haber un aprendizaje de que la corrupción no es tolerable”. Además, marca diferencias con la gestión actual. “La corrupción puede estar en cualquier gobierno, pero ahora está pasando algo distinto, que es que los funcionarios son investigados mientras se encuentran en el poder. Si eso hubiera pasado en la Argentina de antes, no hubiera ocurrido la tragedia de Once”, afirma.
Que Cristina Fernández tenga altas chances de ganar en la Provincia pese a las múltiples causas judiciales que la acorralan, ¿es un fracaso de la sociedad?
La gente es libre y tendrá que elegir entre un pasado triste y un futuro que no es fácil pero que cada día va mostrando resultados. Cristina es más bien es un fracaso del peronismo, que hace dos años sufrió una de las mayores derrotas electorales de su historia, prometió renovarse y sigue presentando las mismas ideas y los mismos nombres. Todos sus candidatos fueron ex funcionarios kirchneristas: Florencio Randazzo, Guillermo Moreno, Martín Lousteau o Sergio Massa, que formó parte del gobierno anterior por casi ocho años y dice que no vio nada. La única autocrítica que hicieron dentro del PJ, si puede llamarse autocrítica, es la candidatura a gobernador de Aníbal Fernández. Para ellos, ese fue su mayor error, no que se robaron todo durante años.