Las Unidades Febriles de Urgencia (UFU) pasaron a tener una gran importancia en la estrategia de la Ciudad para contener al coronavirus. Funcionan como guardias externas que alejan a los posibles infectados de las guardias comunes, en un espacio independiente al hospital.
Hasta el momento, son 19 y están junto a los 20 hospitales generales y de agudos que dependen del Ministerio de Salud porteño. Cuentan con un sector de atención inicial, cuatro consultorios y ocho unidades de aislamiento.
Según cifras oficiales, las UFU atendieron 4.059 pacientes hasta el momento, los cuales 2.356 fueron testeados y 590 dieron positivo.
Estas unidades están abiertas todos los días, de 8 a 20. Allí al paciente lo recibe un orientador que consulta si tienen temperatura, si viajaron o si tuvieron contacto con un infectado. En el caso de que haya sospecha de covid-19, lo envían a un módulo principal.
En el módulo central, hay una sala de recepción y un vidrio que separa al paciente de los enfermeros. Luego, un médico evalúa los signos vitales, que consiste en un control del oxígeno en sangre, la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y temperatura. También se le practica un examen físico respiratorio y un hisopado en caso de ser necesario.
Mientras se espera el resultado de la muestra, el paciente queda asignado a una unidad transitoria de aislamiento.
Esta semana los pacientes aumentaron, debido a los operativos de testeo que comenzaron puerta a puerta en el Barrio 31 y Padre Ricciardelli (villa 1.11.14). De hecho, llegaron a atender 400 consultas en un día.