Los menores de 17 años suman 13 millones en todo el país, a nivel nacional hay 8,3 millones de niños y adolescentes que viven en hogares pobres, de los cuales 2 millones viven en familias que no alcanzan a comprar una canasta básica de alimentos. De esta forma, de los 20 millones de pobres a nivel nacional, más del 40% son menores de 17 años. Y de cada 10 chicos, casi 7 son pobres.
Esos datos son del Observatorio de la Deuda de la UCA (Universidad Católica Argentina) y según especifican los chicos que se encuentran en situación de pobreza a pesar del cobro por las familias de la Asignación Universal por Hijos (AUH) que abarca a 4,3 millones de chicos y adolescentes, la tarjeta alimentaria, el IFE ( Ingreso Familiar de Emergencia) y otros planes sociales.
Sin esos planes, la indigencia y la pobreza infantil serían mayores y superarían el 70%, a la vez que marcan los límites de los planes sociales. La próxima semana el Observatorio dará a conocer el informe más detallado de este sector más que crítico de la población.
Esta dimensión de la pobreza infantil se arrastra hace décadas, se mantuvo en niveles de entre el 40 y 50%, pegó otro salto en 2018 con el 51,7% y en 2019 con el 59,5%, y, por la recesión y el deterioro de los ingresos por la pandemia y la cuarentena, saltó al 64,1%.
El niño o adolescente pobre lo es porque sus padres lo son. Esto se traduce en que la mayoría de los menores de edad vive en hogares sostenidos por desocupados, trabajadores formales precarios e informales, subocupados y cuentapropistas que también se desempeñan en la informalidad, sin la cobertura de la seguridad social y que son mayoría entre los que en los últimos meses perdieron el empleo.
Del dato oficial que 2 millones de chicos viven en hogares indigentes se desprende que sufren de “inseguridad alimentaria” o “inseguridad alimentaria severa” (hambre). Esto explica la proliferación y la mayor afluencia de familias con niños a los comedores y merenderos populares.
El estudio también indicó un aumentó en la pobreza entre los restantes grupos de edad. Ningún grupo etario pudo escapar a la pérdida de ingresos o deterioro social, entre los que tienen entre 18 y 29 años es del 44,1%. Entre 30 y 59 es del 41% y con más de 60 años asciende al 14,4%. Entre los adultos mayores, en 10 años, la pobreza se duplicó del 6,5% en 2010 al 14,4%.