Salum Ageze Kashafali, ganó la medalla de oro en los 100 metros de los Juegos Paralímpicos Tokio 2020. Se convirtió en el más rápido de la historia del evento con un tiempo de 10.43 segundos en la categoría T12 (para disminuidos visuales).
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Este atleta representa a Noruega, pero nació en la República Democrática del Congo: “Era una oportunidad entre un millón, pasar de mendigar comida a tener un techo. Eso es más grande que cualquier cosa que puedas imaginar “.
“Estar aquí ahora en Tokio es el sueño de todo atleta”, había dicho antes de convertirse en el hombre más rápido de la historia de los Paralímpicos.
Kashafali escapó de una guerra civil en el país africano, y mientras se adaptaba a un nuevo comienzo en el país europeo fue diagnosticado con la enfermedad de Stargardt, que provoca una pérdida de la visión central.
“No fui a la escuela hasta que tuve algo así como 13 años”, reveló el medallista Paralímpico. “No sabía leer, ni siquiera podía escribir mi nombre. No fue fácil, pero tienes que hacerlo. Lenta y seguramente recoges las cosas“.
Más allá de su tardío ingreso al circuito escolar, siempre tuvo un sueño muy especial: “Les dije a mi padre ya mi madre que si alguna vez tenía la oportunidad de ir a la escuela, entonces quería ser maestro. Me encanta enseñar”.
Y vaya que cumplió su sueño. Actualmente trabaja como profesor de matemáticas en una escuela secundaria en Bergen, Noruega.
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Su dura vida al llegar a Noruega
Salum Ageze Kashafali nació en la República Democrática de Congo el 25 de noviembre de 1993. A los 11 años, escapó con su familia de una guerra civil. Su destino fue Noruega y “Fue muy difícil porque solo hablaba swahili y francés. Fue muy difícil adaptarme, pero al final lo superé con la ayuda de los amigos que me rodeaban”.
“Venir a Noruega me salvó la vida. Mi infancia no se trataba de correr o jugar fútbol, se trataba de encontrar comida y sobrevivir, así que llegar aquí fue como ganar la lotería y convertirme en multimillonario”, reveló.