Diego Maradona murió mientras dormía en su habitación del country San Andrés, en Tigre, adonde había sido trasladado el 11 de noviembre tras la intervención quirúrgica en la cabeza por un hematoma subdural. Y en esto, todos los testimonios son unánimes.
Para los investigadores ahora falta determinar el horario de su fallecimiento, ya que los testigos aseguran que cuando fueron a despertarlo, el miércoles al mediodía, ya estaban sin signos vitales.
En el cuarto quedaron sin consumir los sándwiches de miga que la noche previa le había dejado la cocinera para cenar, según confiaron las fuentes a Télam.
También se hallaron en el lugar varias cajas de psicofármacos y ampollas de otro tipo de medicamentos, como Taural y Reliveran.
Los fiscales que investigan las circunstancias de su muerte procurarán determinar si hubo algún tipo de negligencia en los controles y la asistencia médica del deportista que murió de una cardiopatía severa, según informaron fuentes judiciales.
El foco de los fiscales estará puesto en poder determinar si la atención médica domiciliaria era la adecuada para un paciente como Maradona y en por qué nadie lo controló en 12 horas.
Es que según las testimoniales de las personas que convivían con él en la casa del barrio privado San Andrés, en el complejo Villanueva, el último que lo vio con vida fue su sobrino Johnny Herrera el martes a las 23.30 y recién entraron a la habitación y notaron que algo andaba mal a las 11.30 del día martes, cuando llegaron el psicólogo y la psiquiatra personal del “10″ para una visita.
Si bien hubo trascendidos desde el entorno del exfutbolista que indicaban que el martes por la mañana se había despertado y luego descompensado, fuentes judiciales aclararon a “Télam” que en el expediente “no hay dobles versiones” y que todos los testimonios fueron coincidentes en que a Maradona se lo vio por última vez con vida la noche anterior.
La fiscal Laura Capra y el fiscal general adjunto de San Isidro, Cosme Iribarren, fueron los encargados de tomar por la tarde todas las testimoniales claves.
Ante ellos ya declararon el sobrino Herrera, Maximiliano Pomargo (asistente personal de Maradona y cuñado del abogado Matías Morla), la cocinera apodada “Monona”, la enfermera del turno mañana, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, un médico vecino que llegó para ayudar, el médico del servicio de emergencias que llegó primero y le hizo RCP, y un empleado de seguridad identificado como Julio Coria.
Se espera que en las próximas horas puedan localizar y hacer declarar también al enfermero que hizo el turno noche y a las 6 de la mañana fue reemplazado por la del turno mañana, quien sólo contó que no notó nada raro y prefirió “dejarlo dormir”.
El médico personal de Maradona, Leopoldo Luque, quien el pasado 11 de noviembre firmó el alta médica para que su paciente abandone la Clínica Olivos donde había sido operado de un hematoma subdural en la cabeza, todavía no fue citado a declarar como testigo porque justamente, al ser el máximo responsable de la atención médica del ex futbolista, su actuación está bajo la lupa.
“Vamos a analizar bien todo lo que surja de la historia clínica, de la autopsia y de los testimonios del expediente para ver si hay algún tipo de responsabilidad. Si llega a haberla podría convertirse en imputado, y si no, a su momento será llamado como testigo”, dijo una fuente judicial directamente ligada al expediente.
La misma fuente aclaró que “si bien se investigará la actuación médica, lo cierto es que de todos los testimonios volcados en la causa también queda claro que Maradona era un paciente difícil, que no se dejaba tratar”.
El abogado Matías Morla, quien era el actual representante del excapitán de la selección, afirmó hoy en un comunicado vía Twitter que “es inexplicable que durante 12 horas” Maradona “no haya tenido atención ni control por parte del personal de la salud abocado a esos fines”, denunció que “la ambulancia tardó más de media hora en llegar” a la casa y anunció que va a pedir que “se investigue hasta el final de las consecuencias”.
En tanto, la orina y la sangre extraídas en la operación de autopsia de Diego Armando Maradona comenzaron a ser analizadas para los exámenes toxicológicos ordenados por la Justicia.
Las muestras fueron remitidas a los laboratorios que la Policía Científica de San Martín, cuyos expertos serán los encargados de detectar si el exfutbolista tenía rastros de alcohol o algún tipo de droga, fármaco o sustancia tóxica.
La autopsia determinó que Maradona murió a las 12 del mediodía de día martes como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrió en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.