Daniel Heymann es uno de los economistas más renombrados del país que por estos tiempos integra el equipo de asesores del ministro de Economía, Martín Guzmán, quien lleva adelante una misión compleja, por donde se la mire: promover la recuperación, ordenar las cuentas públicas y moderar las expectativas que siguen apuntalando a la inflación.
Guzmán se adentró recientemente en las gestiones oficiales para conseguir que empresarios y sindicalistas se comprometan a coordinar un sendero para los precios y salarios acorde a los parámetros que se establecieron en el Presupuesto para 2021, que se considera el “corazón” del plan macroeconómico para alcanzar los objetivos antes mencionados.
En medio de esas conversaciones, Heymann concedió una serie de entrevistas en las que expuso su mirada sobre los temas que aquejan a la economía argentina, entre los que también figura el dólar y las retenciones a las exportaciones que mantienen en alerta a sectores del campo.
“Respecto a la inflación uno puede decir dos cosas. La primera es que es un proceso macroeconómico complicado, lo sabemos porque estamos en el merengue en el que estamos. Y la segunda es que no es imposible estabilizarla, lo han hecho países de alrededor nuestro que tenían inflaciones crónicas importantes e incluso hiperinflaciones como Perú. En algún momento consiguieron, gradualmente porque llevó sus años, pasar de una inflación crónica a una de un dígito bajo”, repasó.
El prestigioso economista agregó que “la inflación crónica hay que erradicarla cambiando comportamientos que están muy metidos en la gente, por razones evidentes” y advirtió que “una economía de alta inflación típicamente tiene más traspaso del tipo de cambio a los precios que una economía estable”.
“Ese tipo de comportamientos cambian, pero no de un día para el otro ni directamente. Hay que convencer a los agentes económicos de que hay que comportarse de manera distinta, lo cual implica que el sector público también se comporte de manera distinta”, aclaró en declaraciones que realizó este viernes a Radio Con Vos.
El asesor ad honoren de Guzmán es considerado por sus pares como una de las voces más reconocidas en materia de inflación. Actualmente se desempeña como docente universitario, titular de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, presidente de la Asociación Argentina de Economía Política y coordinador del área de Análisis Macroeconómico de la Cepa.
En sus recientes declaraciones a la prensa, no tardó en señalar que detrás de la problemática de los precios “hay elementos macroeconómicos fuertes, como el tipo de cambio, que es un elemento macroeconómico de primera magnitud especialmente en economías de tradición inflacionaria”.
“Es muy importante el desacople de los precios al tipo de cambio en economías de mayor estabilidad, pero en la nuestra es clara la sensibilidad de los precios al tipo de cambio”, diferenció para luego agregar que, “cuando los precios empiezan a subir, se generan aumentos sucesivos”.
El ordenamiento de las cuentas públicas
Agregó que “en las inflaciones crónicas y las inflaciones altas, es una característica absolutamente general que están asociadas con problemas de las finanzas públicas, el déficit fiscal es financiado con emisión”.
“No es un mito eso, el efecto no es directo sobre los precios, no es automático, no es proporcional ni inmediato, pero ciertamente para cambiar el comportamiento del sector privado tiene que ajustarse también, de manera perdurable, el comportamiento de la política monetaria y fiscal”, subrayó.
El cambio de expectativas
Heymann también se refirió al desafío urgente que afronta Guzmán para que los actores económicos confíen en las proyecciones inflacionarias que él planteó en el Presupuesto y que indican que los precios acumularán este año un salto del 29% y no del 50% como proyectaron los analistas privados consultados por el Banco Central.
“Las expectativas tienen determinantes múltiples. Para un consumidor o un agente económico individual, la expectativa depende de lo que piensa que hacen los demás y el sector público. Mi expectativa de inflación depende del comportamiento que yo creo que van a tener los agentes económicos que están alrededor mío, los que me interesan, ahí se genera un problema de inflación porque lo que hace uno depende de lo que van a hacer los demás”, detalló.
Seguido, completó al señalar que “no se puede inducir expectativas que vayan totalmente a contrapelo de lo que los agentes económicos tienen en la cabeza”.
“Una de las señales que se pueden mandar es que se va ir a un sendero es una señal de que se va a ir a un sendero de consolidación, donde el financiamiento monetario del Gobierno se va a ir reduciendo paulatinamente, donde la presión del sector público sobre el Banco Central se va aliviando y se puede ir a niveles de emisión monetaria que son compatibles con una inflación más baja”, propuso.
El dólar y la experiencia de la convertibilidad
Heymann consideró que “la experiencia de la convertibilidad es una experiencia importante” porque “nos dio estabilidad”, pero advirtió que “la convertibilidad generó esa estabilidad a partir de comprometer rígidamente una variable que no se deja mantener rígida en una economía como la Argentina”.
“Precisamente lo que hicieron los países, como Chile, Brasil, Uruguay, Bolivia, Perú y Paraguay, es que cedieron la posibilidad de usar el tipo de cambio como instrumento de absorción de shocks porque consiguieron disociar al tipo de cambio de los precios”, comparó.
Pero luego insistió en señalar que en la Argentina “fijamos el tipo de cambio de una manera tan estricta que el sistema no podía ajustar el tipo de cambio sin tener una exploción”.
El dilema de los precios internacionales
El economista consideró que “es una gran noticia para la Argentina el aumento de los precios internacionales porque las exportaciones las necesitamos muchísimo para sostener el nivel de actividad de una economía que viene de la recesión que ya conocemos”.
Heymann lo resaltó sin dejar de reconocer que “hay un impacto de los precios de los alimentos sobre las condiciones sociales” y aclarar que ese es “un fenómeno internacional”.
“La discusión que se vio en los últimos días sobre cuánto pesa el trigo en el pan o el maíz en el pollo, creo que es una discusión, para el caso, relevante. O sea, creo que hay que aprovechar esta oportunidad que dan los precios internacionales, sin ninguna duda, es bueno que se reponga flexiblemente con la oferta aumentando la producción”, dijo.
Y opinó que las acciones oficiales para abaratar los costos de los precios populares para desacoplarlos de los valores internacionales “como medida de corto plazo es una medida que puede ser interesante”.
Las retenciones
Luego se refirió a la posibilidad de que el Gobierno busque resolver ese dilema con aumentos de retenciones, alternativa que rechazan los referentes del campo que integran la denominada Mesa de Enlace.
“Tienen el problema que afectan los incentivos y el estado de ánimo a un sector que es necesario para la recuperación”, resumió.
Por último, Heymann destacó que “vale la pena hacer el intento de volver a tener una moneda nacional”. “Es bueno que tengamos una moneda porque nos da posibilidad de hacer política económica. Los bancos centrales de los países industriales y desarrollados están haciendo expansiones monetarias impresionantes en estos días para sostener la situación social frente a la pandemia. Hacen uso de esa capacidad. Y nosotros el año pasado, para sostener con las condiciones básicas de la población afectada frente a la pandemia, hubo que recurrir a una emisión monetaria grande que es un instrumento frágil y riesgoso”.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.