Los femicidios son una gran problemática en Argentina. En promedio, una mujer es asesinada cada 30 horas en el país y casos como los de Úrsula Bahillo e Ivana Módica generan conmoción. Uno de los más recientes ocurrió en pleno centro de Villa La Angostura, donde Bautista Quintriqueo persiguió a su expareja Guadalupe Curual, la apuñaló y la mató.
Quintriqueo será imputado y enfrentará un juicio en el que se prevé prisión perpetua, según el artículo 80, inciso 11 del Código Penal. Sin embargo, el joven podría salir de la cárcel en 2056.
Lo que ocurre es que en Argentina la prisión perpetua no es para toda la vida, ya que el detenido puede obtener la libertad condicional si cumple con los requisitos del artículo 13 del Código Penal.
Artículo 13 del Código Penal
El condenado a reclusión o prisión perpetua que hubiere cumplido treinta y cinco (35) años de condena, el condenado a reclusión o a prisión por más de tres (3) años que hubiere cumplido los dos tercios, y el condenado a reclusión o prisión, por tres (3) años o menos, que hubiere cumplido un (1) año de reclusión u ocho (8) meses de prisión, observando con regularidad los reglamentos carcelarios, podrán obtener la libertad por resolución judicial, previo informe de la dirección del establecimiento e informe de peritos que pronostique en forma individualizada y favorable su reinserción social, bajo las siguientes condiciones:
1º.- Residir en el lugar que determine el auto de soltura;
2º.- Observar las reglas de inspección que fije el mismo auto, especialmente la obligación de abstenerse de consumir bebidas alcohólicas o utilizar sustancias estupefacientes;
3º.- Adoptar en el plazo que el auto determine, oficio, arte, industria o profesión, si no tuviere medios propios de subsistencia;
4º.- No cometer nuevos delitos;
5º.- Someterse al cuidado de un patronato, indicado por las autoridades competentes;
6º.- Someterse a tratamiento médico, psiquiátrico o psicológico, que acrediten su necesidad y eficacia de acuerdo al consejo de peritos.
Estas condiciones, a las que el juez podrá añadir cualquiera de las reglas de conducta contempladas en el artículo 27 bis, regirán hasta el vencimiento de los términos de las penas temporales y hasta diez (10) años más en las perpetuas, a contar desde el día del otorgamiento de la libertad condicional.
Fuentes judiciales consultadas por Vía País explicaron que en Argentina prima la idea de que el acusado de un delito pueda reinsertarse en la sociedad. Esa “esperanza” del recluso para resocializarse podría funcionar como una motivación y provocar un mejor comportamiento mientras cumple su pena.
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